jueves, 30 de agosto de 2018

Relato: La piedra de mi infancia

Me duelen los pies, se me entumece el cuerpo, y pienso en mi infancia.

Había una enorme roca frente al preescolar piñonal, recuerdo la emoción que me producía al verla, y al montar en ella mis pequeños pies, con pantalones cortos, medias largas y zapatos ortopédicos.

Me gustaba creer que esa roca marrón era una tortuga gigante, recuerdo o tal vez imagino la alegría en mi pecho al caminar de la mano de mi madre, el prescolar tenía al borde de sus muros una cadena de botellas rotas para proteger sus paredes de intrusos, de ladrones nocturnos, pero a mí que odiaba la escuela como sigo odiando todo lo que me haga sentir oprimido, me parecía que estaban puestos allí para evitar que uno saliese en vez de evitar que alguien entrase ¿quién quisiera entrar allí? pensaba.

Fui un niño solitario y silencioso, la dicha verdadera era balancearme en el columpio y soñar por un ratito que podía volar, volar e irme muy lejos. Mi fantasía predilecta era la de poder hacerme invisible, de esa forma podía vivir sin trabajar y hacer todo lo que quisiera.

Luego de clases mi madre me llevaba al quiosco que se hallaba a la entrada del puente de la urbanización Girardot, que era atendido por un señor muy malhumorado. Uno de niño piensa que todo trabajador es honrado y respetable, luego uno crece y descubre que casi todos los trabajadores sienten vergüenza de su trabajo, y lo hallan como un prueba innegable del fracaso de sus vidas.

Me gustaba la hora del caramelito de café, tal vez por mi herencia colombiana, y mi prima Karen me contagió ese vicio primero: llenar los álbumes de barajitas, sentía lo mismo que veo en el rostro de los que van a mi trabajo a comprar loterias, no es tanto por ganar, por llenar la página, sino por la ocupación, por la ilusión de que otra suerte, de que escapar de esta vida pueda ser posible. Ellos creen que odian perder, pero secretamente se alegran, ya que cada derrota es un nuevo plazo, una nueva esperanza para mañana, para la interminable huida.

La palabra ilusión significa jugar, y de niño yo no hacía otra cosa, y por eso escribir me rejuvenece, o por lo menos me hace olvidar por un instante este dolor de músculos y esta pereza que tengo todo el cuerpo mientras se me enfría el café y la libertad de este día libre.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Poema: Y hágase el recuerdo

Y hágase el recuerdo
y en las noches estarás sola
llena de ansiedad
y fingirás que no es por mí
tomarás pastillas para dormir
y también para no soñar

y no estaré
más que en tu recuerdo
será como si hubiese muerto
sólo que tú me mataste
sólo que tú te fuiste

y ahora es demasiado tarde
demasiado tarde ahora
porque no supiste amarme
sin temerme
y te darás cuenta
de que irse es siempre arrepentirse
cuando uno se va de donde ama
de donde se sentía seguro y protegido.

Ahora irás a fiestas y reirás,
no querrás nunca regresar a casa
a esa prisión que ahora es tu cama
y te mentirás
tratarás a toda costa de no pensarme
pero un día alguna cosa hermosa te llevará a mí
y no habrá escapatoria
no podrás huir de la desnudez de tu recuerdo

y me perdiste para siempre
tal vez porque eras demasiado joven
demasiado tonta
demasiado cobarde
o demasiado débil
demasiado tú para poder ser nosotros.

Y espero que tengas muy buena memoria, porque es en el único lugar en donde volverás a verme y en donde volverás a hablarme.

Seré siempre el que habite tus sueños, el de las conversaciones profundas luego de hacer el amor, el que llueva sobre cada arrepentimiento, cuando hombre tras hombre, te des cuenta, que ninguno podrá ser lo que perdiste y era yo.

sábado, 25 de agosto de 2018

Me contaron de ti

Me contaron de ti
que has vuelto a fumar
que se desvaneció la promesa
que me hiciste
cuando aquella mortal enfermedad
de que nunca volverías a tomar.

Me contaron que sigues
levantando la pierna en el aire
mientras lees
como si tu pie fuera una antena
buscando señal.

Me dijeron que aún te encanta el incienso de canela
tanto como manejar
que de todos y de todo
siempre te alejas
que tu vida sigue
que has descuidado algo el francés
y no tocas tanto la guitarra
desde que tienes tantas cosas que hacer
que abandonaste el piano
sólo porque el profesor
y el cariño que le tienes
te recuerda tanto a mí
y a todo lo que fue
cuando fuimos nosotros.

Dicen además,
que no hago otra cosa que pensar en ti,
que eres lo primero que me duele cuando siento frío,
y que la cruel verdad
es que para siempre, te perdí.

Tratan de consolarme,
de decirme que soy lo mejor
que le ha pasado
a todas las mujeres de mi vida
y que no tendría por qué ser diferente
para ti
que no me has olvidado
que te enseñé a ver el cielo
y los dientes de león
pero lamentablemente
me recuerdas con felicidad
como sin quererlo y de repente
con la espontaneidad
de quien supo siempre
que todo iba a terminar.

No sufres como yo,
no te aferraste a la mentira
de que lo bello dura para siempre
de que las palabras y la poesía pueden cambiar el mundo
me recuerdas como algo que soñaste
y yo como la vida que perdí.

Me lo cuentan, a diario, mis recuerdos,
porque no hago otra cosa,
desde que no estás,
que no sea pensar en ti.

Poema: Ese lenguaje que sólo tú conoces

Esa forma de despreciar
a todo el que se va
porque a tu lado descubrí
el amor de quien no abandona.

Esa forma de cuidar
de proteger
que se tatuó en mí
a través del rojo
de tu inmarchitable rosa.

Esa mujer delicada y feroz
que fuiste
esa mujer pensativa
repetida
indomable
que no puedes dejar de ser.

Eres mía como nunca has sido de nadie,
y eso lo sabes
lo sabemos
por ese lenguaje de palabras
nunca dichas
que sólo tú conoces.

Es a ti y en ti
en donde terminan todos mis poemas
es de ti de donde nacieron mis respiros
sin ti no fuese posible la vida
y este dolor de aferrarme a ella
con toda mi muerte.

Sé que un día vas a hacerme falta,
sé que si hoy soy feliz
es porque ese día no es ahora
ojalá aprenda muchas cosas
pero nunca a dejar de amarte.

Mi preciosa rosa,
mi mejor amiga,
mi madre.

domingo, 12 de agosto de 2018

Poema: Yo sé que no

Yo sé que no,
que tus nuevos amores,
no te cantan por las noches,
con su voz de niño tierno y dulce,
no te leen poemas
y hasta en los días más oscuros
y en los retos más intimidantes
siempre saben qué decir.

Yo sé que no,
que él no te toca con palabras,
como nadie te ha tocado con sus manos
hasta puedo palmar a tu nostalgia
cuando le falta una tilde
cuando se come las comas
y te sangran los ojos.

Yo sé que no,
que él no tiene ese acento venezolano,
esa voz suave e inteligente,
que te explica las cosas,
que te hace hallarlo en cada día,
en cada flor,
en cada aroma.

Yo sé que no,
que en la cama él no te pone,
a que le digas "Sí, señor",
que no te domina como te encanta,
como nunca ni siquiera han podido tus padres,
no te hace anhelar que se ponga tan rudo,
que hasta te excite el esplendor de su deseo y su violencia.

Y sé que no...
porque todas esas cosas
de por sí no te gustaban
lo que tú tanto amabas
es que todo eso
sólo existía
porque lo había sembrado
lo había hecho nacer yo.

No debes decirlo,
yo sé que no,
que nunca nadie,
volvió a hacerte sentir como una flor.

viernes, 10 de agosto de 2018

Qué sería yo sin escribir...

Qué sería yo sin escribir. A ver, puedo empezar por dónde sea, siempre tiendo a hacer los comienzo de forma inusual, por ejemplo, de niño me comía las empanadas desde el borde, no desde las puntas, como todo el mundo, y eso me valía de regaños porque estaba mal jugar con la comida. Es asombroso el poder que tiene las supersticiones, me pregunto dónde se originó esa sumisión tan absoluta a ellas. Si nos dicen un hecho científico decimos que uno nunca sabe, e ignoramos las evidencias, si nos dicen una superstición, la créemos solo porque nos la enseñaron desde niños. Tal vez es al pasado a lo que nos aferramos, y el pasado está lleno de miedos, y el miedo de supersticiones.

Segundo párrafo y ya esto no se parece en nada a lo que tenía en mente al sentarme a escribir. Supongo que eso es lo hermoso de este arte, de lo contrario sería como ir al baño, sorprenderse es lo que sería alarmante; en este caso, no sorprenderse sería una buena razón para romperse el corazón.

¿Mauricio Babilonia cagaría mariposas?

En fin, tercer párrafo, ya dejemos morir para siempre lo que quería decir, por lo menos puedo decir algo, una persona muy especial me dijo una vez que hay enfermedades en el cuerpo que surgen de cosas que no se dicen. Yo nunca digo lo que quiero, me da vergüenza y pudor, si escribiese un poema para ti te morirías de inseguridad pensando que puede ser para cualquiera, y luego me dejarías jurando que amo a otra y tú eres el segundo plato, o el tercero, o el de plástico para que los niños no lo rompan o si lo rompen qué importa.

Dicen que hablo mucho, pero es simplemente un equivalente a todo lo que callo, a que cuando me siento en hogar -en especial si es nuevo- no puedo parar de expresarme, de rehacer mi vida en esos ojos ajenos, testigos deleitados que no terminan de verme y ya están empezando a soñar conmigo.

Si supieras, cariño, que al escribir es una mezcla de todo, del dolor de Elizabeth, de la mirada de Lucia, de la ternura de Jessica, de los chistes de Natalia, del mal humor de Vanya, de los poemas de la chica Sabines y del odio y miedo que siento por Fernanda, de la frialdad de Nancy, de la rabia que me da esa chica que ni recuerdo su nombre, la que es una Golly Dolly y sólo se interesa en relaciones tóxicas, en la voz de mar de Vero, en los ojos tristes de Marissa, en el olor de mi madre, en la admiración que siento por Carolina, en las palabras ardientes de Andrea, en la locura de la Lulu, en la fiesta que es Diana, en el deseo incestoso que sentía por mi prima Michelle, en la amistad sin fin de Karen, mi prima, en todas las hermanas de todas mis compañeras que secretamente he deseado por pura perverción, en la argentina tierna y loca que no se le entiende lo que dice pero lo dice muy bonito, en las mujeres que me miran en el trabajo y cuando me ven varias veces se animan a decirme piropos por el puro placer de sonrojarme, en ese iman para que me toquen que son mis brazos, y yo detesto que me toquen, y lo sabes, siento que no me gusta tener las manos en mi cuerpo de alguien que no ame, y por otro lado cuando amo no quiero que se aparten de mí. Entonces, te das cuenta, yo al escribir derramo todo, todo lo que ha pasado por mi vida, todas las mujeres que me han querido y que he deseado, (por cierto, Jenniffer, hola, espero que te vaya bien; Hola, Laura, cómo te va, qué gusto verte por acá; Irene, tiempo sin verte, besos). Escribir es como soñar, expreso todo lo que no me cabe, pero claro, luego uno tiene que darle una forma, crear una mujer imaginaria y decirle, y seducirla, porque lo que a uno le mueve no es el apellido de la mujer o su nombre, sino que sea mujer, y que te toque como sólo ella puede, y te llene de su perfume, del oro de su risa.

Uno no escribe porque quiera casarse, estar al lado de alguien hasta que se sature y ya no lo soporte, o cortarse los sentidos y las emociones como sacrificio para algo Superior, no, uno escribe porque siente, porque es niño, porque quiere jugar, jugar le hace feliz, y qué sería de mí sin escribir, no lo sé, pero dejaría de ser todo lo que te enamoró.

Y sí, Ana, a ti también te recuerdo, deja ya de joder.

viernes, 3 de agosto de 2018

A mí no me engaña tu silencio

A mí no me engaña tu silencio
sé que me piensas en las flores
en los libros
en las mariposas
en los árboles
los pájaros y el cielo.

Pudiste apartarme de tu lado,
es cierto,
pero nunca podrás sacarme de ti
por mucho que te escondas
por mucho que te calles.

Dile a tu mente
que todo fue una ilusión,
un error,
trata de aprender siempre cosas nuevas
de conocer nuevas personas
de enfocarte en tu carrera
en tu trabajo
de querer
pero no tanto
para que no duela.

Huye de mí como quien evade un miedo,
di que no me temes
y ponle otro nombre
al recuerdo travieso
a la felicidad perdida
que eterniza el pensamiento.

Pero a mí no me engañas
un hombre no se hace imborrable
por lo bueno que sea en la cama
o por lo talentoso que sea
o por lo poderoso
o por lo inteligente.

La inmortalidad de los hombres,
ocurre cuando se conectan dos seres
en un frenesí sin límite de emociones.
Tu vida es un antes y un después de mí,
y eso no se olvida,
a mí no me engaña tu silencio, querida.

jueves, 2 de agosto de 2018

Arráncame la vida

A Nina

Arráncame la vida
me dueles
no sé respirar sin ti
se nubla de ti todo lo que miro
y todo lo que desde dentro me mira
y también eres tú.

Qué chingonería fue amarte.
Te extraño.

Nadie entiende cuánto me dueles a estas horas;
estas cosas,
uno siempre siente que estas cosas
a todos
pero no a nosotros
no a ti
no a ésto
a ésto que va quedando de mí
sin ti.

Mi ángel
mi super héroe
mi preocupación constante
mi lugar seguro
mi fiel sangre que siempre acude a la herida.

No fuiste perfecto
pero fuiste suficiente
o más bien demasiado
pues de mí no queda nada
arráncame la vida
ya no me sirve
si no estás y yo te amo.