¿Qué miras, mi niña?
Tu mirada está triste,
perdida y desolada.
¿De nuevo estás pensando
en que puedes perderme?
Ven, mi niña
siéntate en mis piernas
no va a pasarte nada.
¿No ves que yo nací para cuidarte?
¿Qué tienes, mi niña?
¿Por qué tu inocencia se llena de tristeza?
¿Por qué no haces primavera
todo lo que tocas?
Es cierto
estás herida
ven para besar tus pétalos
como si tú estuvieras hecha de tiempo
y mis labios de incesantes segundos.
Lléname la boca de poemas.
¿Qué pasa, mi niña?
¿Tienes miedo por no ser la más bonita?
¿Por tu piel que no es perfecta?
¿Por esos dientes que tanto escondes?
¿Por esas tetas tan pequeñas?
¿No te das cuenta de lo que tú me haces sentir?
Ven, entrelaza tus libros con los míos.
Siéntate en mis piernas,
escríbeme uno de esos poemas tuyos que no entiendo,
lee versos en francés para mí
cuéntame cosas que no me interesan hasta que me quede dormido.
Guarda silencio cuando yo lo diga,
y sé de nuevo,
la mujer más feliz del mundo entre mis brazos.
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