Hércules, cómo decirte que fui amada, que pienso en ti aunque no lo quiera, que te me atreviesas en las cosas que pasan, en las que van a pasar, y en las que pudieron pasar y no pasaron.
Cómo te hago entender que no te merezco, que cuando miro al pasado me doy cuenta de que todo lo que pudo pasar y no pasó fue simplemente por mí, por mi culpa, por mi irreparable cobardía.
Y que quisiera ser otra, quisiera ser lo suficientemente fuerte para tener miedo, y quitarme de este tren que se me viene encima, y que es mi vida sin ti, mi gran héroe, el dueño de mi vida, quien me salvó de mí.
Pero no puedo, porque cuando siento al tren venir pienso que es mi culpa, que yo caminé hasta aquí, y que pase lo que deba pasar, y si puediera te diría que esa es la mentira que me digo a mí misma para no afrontar todo este agujero negro que ensombrece mi vida y marchita tus flores. Tú necesitas a una mujer de luz, y siempre lo supe, siempre lo sentí, me hacías brillar a mí y yo por más que lo intenté nunca pude hacerte brillar a ti, porque no había luz en mi interior.
Sé que crees que me extrañas, y que te hago daño al no intentarlo, pero seamos francos, vayamos más allá del amor por una vez en la vida, brillaste con tu propia luz, no con la mía, y brillaste más fuerte que nunca porque brillaste lo suficiente para alumbrar esta oscuridad que si quieres podemos llamar el alma mía.
Eres lo mejor que me ha pasado, la primera cosa buena que nunca jamás tuve en mi vida, pero no merezco tu amor sino tu odio, porque no tengo fuerzas para amarte como tú me amas, porque sé que en el fondo no me amas a mí, tú amas la vida, la primavera, las personas, la pasión de tu vida. Eres fuego, Hér, entiende, y sólo por eso sé que tu amor fue verdadero, sólo por eso te creí, sólo por eso tengo fuerzas para seguir y saber que aunque me muera por lo menos una vez fui amada por alguien como nunca habrá otro sobre la tierra. Fui tu niña, tuya, y al mismo tiempo, no fui suficiente. Tuve miedo, porque en el fondo de mi ser sabía que no sería para ti difícil olvidarme, y por eso dejé de intentarlo, porque me quedaste grande, porque fuiste más bello que todo lo que pasó en mi vida antes. Fue por ti que decidí vivir, fue gracias a ti que empecé a nacer. Pero no te enviaré esto, no te hablaré nunca, porque sé que si regreso a ti volveré a temer, me volveré a ir, te volveré a fallar.
Hércules mío, si supieras cuán amada me hiciste sentir, porque no me amaste por lo que soy sino a pesar de lo que soy, y lo importante es que fuiste mi primera vez en todo lo que es bello en esta vida, y tal vez seas mi única vez en todo lo que es bello en esta vida, porque no quiero romperle las flores a nadie que como tú, si haya nacido para merecer las cosas hermosas de la vida.
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