Nunca me olvidaré
del amor que te di
de los libros que leímos juntos
ni de las puñaladas en la espalda
que me diste.
Nunca olvidaré el sol que sale cuando ríes
o el aroma a cielo de tus ojos
o la ternura que tienes cuando duermes.
Tal vez te perdone en otra vida,
en la que no te ame tanto,
por ahora sólo quisiera que regreses
y que me dieras tu vida
para perdondarte.
A mí no me vengas a decir
que sufres por mí
yo no hice más que amarte y cuidarte
sufres
por no tener la fuerza para amarme.
Entre todas las sombras de mi pasado,
es la tuya la única con color
la única que brilla
cómo no amarte para siempre
cómo no querer
volver a soñar juntos
cómo pudiste irte
si aquí se te amaba demasiado.
Pero fue la decisión que tomaste,
y ambos tuvimos que vivir con ella.
Ya tú no eres la niña de mis besos,
y ya yo no soy tu dueño, niña mía.
Ojalá que mi recuerdo en tu alma
al igual que a mí
te perturbe para siempre
ojalá que en esa muerte
sí podamos ser eternos todavía.
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