Quiero saber, de verdad quiero saber
¿por qué es tan fácil romperse?
volver todo lo fácil tan complicado
tú sólo querías un poeta genuino
no uno que escribiera pensando:
oh, sí, si escribo: eres más que sol para mí:
seguro consigo bajar bragas de mujeres tontas.
De esas que se mueren por los poetas
no de las que mueren de poesía.
Querías algo genuino,
te cansaste del título
de ser la oficial
porque ¿de que sirve ser la oficial
si van a darte un poema
en papel carbónico?
Anhelabas ser única
como esa escena de esa película
que se hizo tan inmortal
que llegó a tantas personas
tú querías ser la escena
cuando se estaba grabando
cuando se estaba haciendo
no la copia
no la incesante repetición
no el aplauso
no el dinero que llegaba después
querías ser causa y no consecuencia
no querías más que ir hasta el fondo
tenerme encima de tus muslos
sudando
llamándote mía, pero sólo mía
llamándote esposa, sin ceremonias,
ni más tinta que tus tatuajes
me querías contigo
realmente contigo
arrancándome los ojos
a fuerza de robarme la mirada
tú lo querías todo: lo inalcanzable.
El poema que desangra
no el que se caga.
Tú querías al poeta genuino
el que se olvida de respirar mientras escribe
el interprete de canciones
que termina tras el escenario
temblando de emociones entregadas
tú querías, no el mejor poema
no el poema más vendido
no el poema más culto
querías un poema, que tuviese
simplemente que tuviese
un pedacito de Ethel
realmente de Ethel
aunque luego lo reciten en otros labios
aunque luego llene de semen otras bocas.
Querías ser tú, el principio
la duda que comienza
la sospecha de que lo imposible es posible
la belleza simple
la que es tan complicada.
No me querías a mí
ni querías este poema
pero inventé el poema que querías
pero me hice el poeta que querías
porque aunque no existieses
yo te habría inventado
solamente para escribir algo
que tuviese un pedacito de Ethel.