Yo a veces fantaseo contigo, aunque no lo admitiré. Y si yo tengo estas cosas en mí, qué será de ti, oh, qué será de ti, que fuiste esa furia de sentimientos que acabo contigo y con los dos y a la vez secretamente, acabó conmigo.
Quién sabe, yo creo que hay amores que mueren de amar demasiado. Uno puede verlos claramente aunque ya sean parte del pasado. Pensarlos es regresar a ellos como si todavía, y es por eso, porque uno amó demasiado y dime tú, ¿cuántas cosas en este mundo uno siente que ama demasiado? La carrera que amas tiene el trabajo que odias. El vicio no se siente para el que lo tiene, pero tú y yo, niña mía, nos amamos demasiado y hace tanto tiempo. Quién puede decir que pasaron años si yo todavía siento esos ojitos tuyos por dentro como si hasta mis invisibles respiros estuviesen mirando.
Yo no sé, qué se puede saber en esta vida además de saber que te quise, que te quise demasiado. Qué tu nombre es como una maldición en el que se conjuran los mejores e irrepetibles momentos de mi vida.¿ Y con cuál nombre me recuerdas tú? ¿Con el secreto con el que me llamabas y capaz puede que Llames también así a tus nuevos amores o con ese nombre público con el que todos me aplauden y me insultan? Ah, querida, ya no somos niños. La juventud se nos fue arrancada por amarnos demasiado. Pero allá estás tú, viviendo una vida misteriosa para mí.
Y aquí estoy yo, reviviendo en una noche las cosas que sólo pueden revivir porque nunca mueren... Aquellos que amaron demasiado.
Qué fácil es olvidar que ya no somos, sentirte aquí conmigo, que me acompañes como una vez lo hiciste... Con tu única voz, con tus irrepetibles ojos.
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