Maldigo la primavera que somos, porque nacimos para morirnos.
Que no maldiga dice mi madre, porque después Dios no me da comí'a.
Maldigo todos los dioses que existen, que no existen, ni han existido.
Que no maldiga a Dios, porque me quita la comida.
Maldigo a quien no come para ser bello y a quien come de más por miedo.
Maldigo a todas las modelos de pasarela, ojalá y queden sin piernas,
Si el camino que recorren, hacen el odio a los espejos y alimenta
A todo pendejo, que con oficio maldito de la crítica y chisme, hace dinero.
Maldigo a todos los cerdos y a quien los alimenta, porque con el hambre
Que hay en el mundo, no se explica quién se comió toda la conciencia.
Maldigo también a Violeta Parra, que me lleno de gracias a la vida,
Que por favor no maldiga que me caerá la mala suerte,
Maldigo la buena suerte, yo prefiero la esperanza.
Que si maldigo Dios me dejará ciego; maldigo la soledad
Y que no nos detengamos para vernos.
Maldigo todo maldito que no mira el corazón.
Maldigo a todo el que es cómplice de la televisión.
Maldigo todos los niños que no son niños sino
Víctimas, de quien los trajo por egoísmo y no por amor.
Maldigo toda inocencia, y si quieren me quitan la voz,
Porque si no es para un canto de lamento,
Para qué me sirve el dolor.
Maldigo mi Venezuela, porque me hizo despertar,
Salir de los dormidos y ahora no se callar.
Maldigo a la patria, y si quieres me dejas sin oídos.
Porque si para agradecer hay que corromperse,
Yo mejor maldigo.
Maldigo a Latino América, ella es esperanza.
Maldigo a lo que maldigo y todo lo que digo.
Maldigo a todos los negros, porque por su culpa,
La música conoció, el precioso sabor en los sonidos.
Y qué bellos sus culos, Dios mío, los maldigo.
Maldigo al pensamiento, mueran todas la ideologías.
Maldigo a las decisiones que no nos llevan a la alegría.
Maldigo a toda la paz, que esconde el plan para la próxima guerra.
Maldigo a toda criatura que exista sobre la tierra.
Maldigo porque te amo, porque quiero que te escuches.
Maldigo porque Violeta es el color de mis luces.
Maldigo con lo que tengo, porque yo soy un maldito.
Maldigo toda ambición que nos usurpa los momentos.
Maldigo al miedo, que maldecir me quita; y eso, qué viene al caso.
Maldigo porque te quiero, porque te siento y porque te extraño.
Maldigo a quién no conozco y he conocido.
Maldigo al sol, que da vida y placer a unos pocos.
Pero a otros muchos, malditos, les da suplicio.
Maldigo a todo trabajo que nos hace esclavos
Llevando a la mesa un pan maldito;
Hecho, con la labor que no amamos.
Maldigo a todo invisible que es pisoteado por los gigantes,
Maldigo porque somos compañeros, o sino no somos nadie.
Maldigo a los aplausos que a criminales, tantos llegan.
Y maldigo a la envidia por no saber cuánto tienes.
Maldigo porque maldigo, y porque soy poeta.
Maldigo porque toda palabra, hasta la peor,
Puede ser un gesto de amor.
Maldigo por ser humano y por ser joven.
Porque el humano es la criatura con la misión de dar amor.
Maldigo a los que aman y a los que no,
Para que estén en el mismo grupo, y conozcan el amor.
Maldigo mi juventud porque es responsabilidad,
Tengo todo por delante, tengo todo para dar.
Maldigo a Elizabeth Raga, porque es Violeta Parra,
Maldigo a Chile y a sus padres que no la aman.
Maldigo a todo maldito, para yo también ser maldito,
Iría hasta el mismo infierno si ahí veo un amor maldito.
Juntos seremos uno y muchos, y nos diremos a los ojos:
Te maldigo con toda mi alma, maldito mío.
El mundo cambiará, como puede cambiar una palabra.
Maldigo este poema, yo sólo quería darles las gracias.
Porque la maldición de ustedes es mi propia maldición.
Porque somos un montón de fuegos, hechos canción.
En una guitarra, un llanto y una voz: Violeta Parra.
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