Hacer el amor no es sexo romántico,
No es comer como todos comen,
Vestirse como todos se visten, o,
Decirse lo que todos se dicen.
Dictados por las ordenes de una pantalla.
Hacer el amor no es un poemario ridículo,
Que le gusta a medio mundo.
Hacer el amor no son suaves caricias,
Que a muchos aburren pero que
"Es la forma correcta, eso significa ternura".
Hacer el amor es hacer tu propio lenguaje,
Ponerte de espaldas a mí, con la cabeza
Enterrada en la cama como avestruz
Y el culo alzado que llegue casi hasta la luna,
Enterrarte mi sexo, mi verga, mi polla, mi mondá
Mi güevo; lentamente y sientas áspero y que
Eso no te de ni la mitad de placer de lo que te da complacerme.
Hacer el amor es hacerlo contigo, mi amor,
Y con otra perra, al menos que te provoque a
Ti ser la perra, y no mi amor.
Hacer el amor es libertad,
Es decir: ser mi esclava sexual.
Y yo, ser tu dios
Y tú, la encarnación feliz de tus demonios.
Hacer el amor es un ángel caído que se enamora.
Eso de quererse bonito es para ángeles
Que están más interesados en sus propias alas
Que en el ángel a quien aman.
Yo soy más dios que todos los dioses cuando tú me haces.
Cuando me das tu libertad.
Cuando deleitas mi semen.
Cuando me haces una lista de razones
De porqué en la cama te sientes tan libre,
Haciendo el arte de volver placer tus miedos,
De volver juego tus temores,
De reinventar el concepto de amor y libertad.
Y luego de violarte con permiso,
Y luego de maldecirte por amarme,
Mirarte a los ojos, abrazarte,
Hablar de literatura, sin decirnos
Un solo te amo, sin pedirte que seas mi novia;
Porque tú no eres mi novia, eres mi amiga.
Pero las personas que se aman, y son novios
Jamás se han querido tanto como nosotros.
¡Ay cariño! Yo no te haré mil versos de amor
Esos es para pendejos que dicen y no sienten.
¡Ay amor! Yo no te bajaré la luna, qué mamera,
Qué fastidio, que los amantes dejen de andar
Con cursilerias y promesas, de andar jugando a ser poetas,
Y que de una vez por todas se amen, y nos dejen en paz
A los que de verdad amamos demasiado la poesía
Como para andarla respetando.
¡Ay cariño, qué pereza!
No sé hacer poemas bonitos,
Lo que se entiende por bonito.
Ni hacer el amor,
Lo que se entiende por amor,
Yo sólo se quererte, pendeja mía,
Y qué bueno.
Porque mi cariño no se llama amor
Y mi poema no se llama bonito.
Porque mi cariño lleva tu nombre
Y mi poema es Victor Hugo Raga.
Y vez, ya se acabó el poema,
Y ya casi ni te amo.
Y vez, mi amor es tan efímero, tan corto.
Y vez, pero te quise muchísimo, mi amor.
Te disfruté tanto, sin miedo, te quise tanto,
Dándote todo, sin miedos ¿Ya vez?
No te quiero para siempre
Pero
Te quiero hasta cuando mi amor no se ve.
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