A ti, que llegas con el rumor de la mañana y te pierdes en la inmensidad de la noche
Yo no quiero a otro, todas las figuras me aborrecen, desvarían en mi hastío, todas esas formas falsas que no son tú, que tú no eres, todos los alientos inútiles a los que le falta tú melodía.
Quién sino tú, quién podría...nadie más que tú.
Mi sangre sólo a ti pertenece, mis ojos únicamente en ti encuentran campo, sol, montañas, mar
Que yo me hallo sólo para a ti amarte.
Hablan de mí como si algo supieran...
Hablan de mí desconociendo que el color de mi alma lo forjan tus dedos.
Mi vientre es de tu boca frondosa, ¡que todos se vayan!
Mi fiebre es de tu clamor, ¡que se vayan ya!
Mi vida es de la tuya, ¡que se larguen ya todos!
Amor que no conocen, amor al que mienten, amor que de luz falta, ése amor de ellos...
Amor, mi amor que nace de tus pestañas, amor mío que no existe si no es de tus manos, en tu aliento, sobre tu cuerpo.
Mi cuerpo que débil ya se adormila y tiembla; que todos se vayan, ellos que contigo me interrogan, ellos de trópicos ya despilfarrados, ellos a los que se les pierde el amor entre manojo de palabras.
A ti, que andas conmigo en el rumor del oleaje,
A ti, que me hallas bajo las hojas-mariposa,
A ti, que me enseñas sin por qué,
A ti, que vives desde mi entraña a plena raíz,
A ti, león y poeta, viento, mar,
A ti, hombre de hombres, mi hombre entero,
A ti, hombre mío,
Te amo.
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