Te hallas vulnerable,
desnuda,
sin esas armas
que te hacen recibir la atención de tanta gente
sí
te hacen sentir
pero no amada
no pueden amarte
porque no te han visto sin armas.
Te ves al espejo, triste, por vencida.
Piensas que tal vez tienes mucho de esto,
poco de lo otro,
y no te hallas un espejo en el que puedas verte
por primera vez
y no con esos ojos tuyos
tan llenos de ojos ajenos y crueles.
Pero aquí estoy yo,
y tú eres mía,
besaré tus manos, llenaré tus venas de caricias.
Ah, desnúdate entera,
hay una nueva versión de ti
que nació para ser mía.
Mira, de mi lengua salen poemas,
que te lamen y te besan,
y en donde en cada beso
acabas de nacer
empiezas a existir
en donde cada beso
gritas por fin tu verdadero nombre.
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