Me encanta la vida
si algún día muero
quiero que me invoquen
traigan piezas de ajedrez
traigan libros
bebidas clasistas
y tabacos cubanos
y por supuesto
nunca debe faltar un gato.
Quiero que me llamen
que me inviten a la fiesta
que me lean poesía
que me hagan las preguntas que se preguntan
y me compartan su silencio de vida
con mi silencio de muerte.
Quiero que me cuenten sus chistes,
sus anécdotas,
que si van a hablar o a escribir
pidan mi ayuda
para que siempre sepan qué decir.
Recuérdenme como el profesor Raga
que ampara a sus alumnos
hasta después de la muerte
que abre las ventanas del entendimiento
que separan la vida de la muerte;
que regala comprensión
en tiempos de dolor
y que celebra la vida
con ternura y con amor.
Quiero que me llamen
cuando vuelvan a ser niños
y jueguen conmigo
aunque al comienzo
sea taciturno y pensativo
quiero que me busquen
cuando creen que no pueden por ser tímidos
que a mi lado venzan el miedo
y siempre encuentren el camino.
Aquí lo espero en la muerte,
donde se hallan los libros
que todavía los vivos no han leído.
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