sábado, 12 de marzo de 2016

Ariana y Orina

Qué lejos estás, Oriana
con tu mirada triste
con tu sonrisa muerta
con tus senos vivos.

Qué lejos estás del tiempo
si crees que esos labios
de ardiente arena
pueden estar vivos sin refrescarse
en el pie incesante
de ese océano
que trae sonrisas
y otros secretos
y otros dolores
dolores incomprendidos
para los que creen que comprender algo
es saber
y no
saber es dejar de comprender
comprender es lo nuevo siempre
lo ilimitado
ese milagro que une
tus curiosos y lejanos labios
bajo los míos inquietos de ti
en un poema
que la negra musa me ha encargado para ti.

Qué cerca estás Ariana
como el futuro incierto y el tiempo
como el miedo
y como esos hermosos labios
que me devoran como los lunares
de la piel de tu pecho
claro y fresco olor de un café con leche
en todo lo que tocas hay un anhelo
el anhelo de un poeta que encontró la vida
cuando lo perdió todo
cuando perdió a Venezuela
y a la oportunidad de encontrarte sin querer
entre los ojos que se cruzan
en el accidente que interrumpe un pensamiento.

Y Giahanna nos une,
como lejanía y cercanía que se encuentran
como un puente que se abre
como una flor, como un poema
y ustedes piensan que está mal perder el tiempo
pero el único crimen que conozco en este instante
es no morirme de deseos y de sueños
por este palpitar poético
que divide mi existencia en dos
entre un beso que se rompe
para hacerle el amor
a dos mujeres que nacieron el mismo día
pero cuya belleza
tan autentica y tan parecida
tan irrepetible y tan silenciosa
lejos de confundirse
resalta entre las sangrientas similitudes
que hunden mi poema entre
los ojos decepcionados de Oriana
y la esperanza aún no desmentida de Ariana
Y la bella e irracional locura
que hace todas estás lineas posibles.
Gracias al amor.
Gracias a Giahanna.

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