Porque tú no tienes nombre, porque tu nombre es pertenecerme.
Vienes como siempre a partirme los deseos
qué placer, qué glorioso placer
es darte ordenes con esa dulzura que sólo por ti siento
a cualquiera puedo amar
eso no depende de ellos
pero sólo tú me haces poseer
me haces tomar un centro que no es mío
y desde él penetrarte,
hacerte pertenecer
hacerte permanecer.
Todos mis deseos te buscan
antes de tener tu nombre
sin pensamiento de por miedo
cada uno de mis deseos busca tu forma
mis deseos eres tú, y no tu sombra.
Tomas el control y me pides que te ordene
que te someta
cuando me ruegas comprendo
que dueño no es el que te posee
dueño es a quien perteneces
y tú me perteneces
no has decidido hacerlo
no me he propuesto hacerlo
esas cosas inevitablemente ocurren
cuando ves el atardecer,
un pájaro
la fiesta de las hormigas
el amanecer despeinada
y con tu boca oliendo a mi semen
porque te cojo cuando me dé le gana
porque eres mía
y al ver todas esas cosas simples
todas esas cosas sencillas
me sientes...
no aparece mi imagen
no surgen en ti las forma que tengo de morder tus pezones
ni esa manera tan apasionada de besar
que impide que puedas llevarme el ritmo
tampoco mi sonrisa
-a tu parecer-
tan insoportablemente codiciada
no se trata de imágenes
tú no me perteneces por la memoria del pensamiento
me perteneces por la memoria de tus sentidos
porque de cualquier forma que me sientas
son las formas en las que existo.
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