domingo, 30 de septiembre de 2018

Poema: Futuro

¿Te das cuenta
que tienes una de las miradas
más bellas que jamás he visto?
¿Así se siente
cuando el destino
te mira desde los ojos
de una mujer
y decide que será tuya
y que la harás poemas?

¿Así se siente
que luego de tantas mujeres
tantos libros
conozcas a una mujer
que te haga descubrir
que aún se pueden sentir
cosas nuevas?

¿Era para esto
tanto desamor?
Para llegar a ti
a tu mirada inocente
a tus cabellos que son un campo de girasoles
habitados por caballos.

¿A tu cuello suave
como una flor?
que quiero morder
soy el conde Raga
a mis deseos
absoluta
te quiero someter

A tus labios
perfectos
para los míos enormes
¿Tuviste pasado?
porque estás borrando el mío
eres lo nuevo
¿Te puedo llamar futuro?
¿Te puedo llamar conmigo?
¿Puedo besar tus senos?
Son pequeños
pareces una niña
quiero cuidarte
protegerte
hacerte poesía
desvirgarte
y ensañarte
todo lo que no sabías que existía
hasta que me conociste.

Entregate,
sé mía,
para mí te quiero.

¿Crees en el amor a primer poema?
¿O quieres que te escriba otro, otro y otro?

jueves, 27 de septiembre de 2018

No me lo creo

No me lo creo
que la vida me permita ser tan feliz
pero no ser eterno
veo estos libros a mi alrededor
y pensar que mis ojos deban algún día dejar de ver la luz
en esto de la poesía me he convertido en un dios
pero soy humano
soy tan frágil
cualquier accidente puede partirme en dos.

¿A dónde se van?
No me lo creo
todas las ideas que no escribo
y todo lo que siento
cuando digo que te quiero.

No me lo creo,
que sea verdad
todo lo que a tu lado siento
pa' qué la vida me dio felicidad
si a tu lado quiero que esto sea eterno
pero tengo el sueño de la muerte,
la vejez y la enfermedad
marcado en cada segundo de mi suerte.

Y no, no me lo creo
haber nacido y tener la dicha de tenerte
si me muero, coño
¿dime quién va a cuidarte?
Le vendería la vida al diablo
si me promete que luego de mi partida
nada va a faltarte,

No me lo creo
esta dicha de ser hombre
y estar vivo
y que esta noche estés conmigo
y que aún no sea hora de perderte.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

La vi después de mucho tiempo

La vi después de mucho tiempo
y me sentí engañado
era más fácil amar su ausencia
cuando sólo podía verla en el cielo gris,
en la lluvia triste,
en los pinos helados.

La vi como realmente es,
y me sentí tan traicionado
su cuerpo ya no se me hacía hermoso,
sus ropas ya no la disfrazaban
y sus manos eran grotezcas.

Conversamos,
y me sentía desilusionado,
¿Era esto lo que yo extrañaba
era esto lo que yo había amado?

Y me di cuenta que todos mis poemas son lo mismo,
una idealización de lo perdido,
yo que había creído
que por no ser suficiente
se habían ido
pero ahora lo veo todo
quienes no eran suficiente
eran ellas
por eso se iban
por sentir que no eran del tamaño
de lo que me hacían sentir
y tenían razón
ahora me doy cuenta
sólo les di un espacio en mi vida
porque no sabía
que merecía algo mejor
por eso ellas se fueron
ahora,
ahora no me duele más su adiós.

martes, 25 de septiembre de 2018

Sin ti

Qué vacíos se sienten los momentos en que ella no está.
¿En qué momento pasaste a ser tanto
que sin ti en mi vida, ya no hay felicidad?

Por qué ningún sueño
y ninguna esperanza
me emociona tanto
como la idea de regresar al hogar
que sólo tú me das.

Sí, lo sé, me lo dicen todos:
que la vida es cambio
que debo dejarte ir
que ya no hay nada que buscar.

Pero qué van a saber ellos de cambio,
si no se han sentido eterno en tus ojos.

¿Crees que alguien pueda querer la libertad,
luego de descubrir esta cárcel
que es ser tu dueño?
Esta
en la que cada vez que respiro,
te retengo.

Pensar es pensar en ti,
por favor:
no te me acabes nunca.
Te lo ruego,
te necesito,
te pienso.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Los encantos del desamor

No lo negaré,
hay algo de placentero
en que me hayas roto el corazón.

En no tener que verte a la hora acordada,
en no tener que tener nada,
apareces en todas partes
y nunca sé ni sabré cuándo:
en algún azul que no sabía que iba a dolerme,
o en alguna mirada triste
como la tuya
lluvia que no moja pero me empapa.

No negaré, tiene su encanto
no saturarme de ti,
no aburrirme de tus malos ratos
no tener que pensar en partidas de ajedrez cuando me cuentas algo muy importante pero que al final no importaba tanto
no pensar en otra cuando te penetro
porque te encanta como lo hago
y quieres que lo haga todo el tiempo.

Hay algo encantador de que te vayas con otros,
y te des cuenta que yo no te aburría nunca,
de que cualquiera te puede dar una emoción primera
pero yo te escribo en el corazón una novela entera.

Hay algo de encantador en saber que ahora que no estás eres mi prioridad
porque para verte hay que cerrar los ojos
ya no tengo todo de ti
sólo los alientos,
los áromas
las primeras flores y las caidas de pétalos más hermosas.

Hay algo de encantador en no saber si regresarás,
en fantasear con las mil formas de castigarte por haberte ido,
y en escuchar de tus labios, como de tantos otros, la certeza de que he sido y siempre seré el mejor.

Hay algo de encanto en no poder dormir por las noches,
en abrazar la almohada y gemir de dolor como alguna vez me hiciste gemir de placer,
y sentir que soy un niño
y que tu ausencia me acaba de hacer nacer.

Hay algo de encanto en que me duelas, y darme cuenta de cuánto valen las personas, las pasiones, y las cosas, que me arrancan de ti por un instante, y que como tú me abandonan en las noches.

Hay algo encantador en guardar silencio, y que eso también sea decir tu nombre.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Tal vez no

Tal vez no debí quedarme mirando
tanto tiempo tus ojos y sentir que quería cuidarlos para siempre.

Tal vez tampoco debí escuchar la voz de mi destino, que tanto grita y tanto miente, y me decía que para protegerte y amarte había nacido.

Tal vez no debí amarte con todo y mis defectos, tal vez no debí creerme tu guardían y tu dueño.

Tal vez no debí celebrar tus imperfecciones que me hacían sentir que a nadie le podías gustar tanto como a mí, y tal vez no debí tratarte diferente a las otras, por sentir que eras hecha para mí.

Porque de no haber hecho nada de eso, de no haberme entregado por completo al querer tenerte entera, no hubiese conocido el miedo de perderte ni el dolor de tus ausencias.

Pero tal vez no alcanza la vida para la eternidad que brilla en tus ojos, cuando te miro o te pienso mirándome, y mi paz, de placer, la llenas toda.

Pero tal vez no es para nadie que no sea yo el calor de tu cuerpo, la fiesta de tu sexo, el oro de tu risa y las reflexiones a veces sin sentido de tus libros.

Tal vez no hay otro hombre que sea tan feliz al escucharte por horas hablar de cualquier cosa,
tal vez no, pero quiero creer, que eres el amor de mi vida.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Abandono

¿Cuántas noches más tendré que escribir con diferentes palabras el mismo poema?
¿A los cuántos versos deja de doler la ausencia?
Ah, el abandono.
La rabia, el miedo, el odio.

Todo está oscuro,
hasta la palabra más lejana brilla con tu muerte.

¿Dónde puedo esconderme para que me encuentres y que parezca que no me andabas buscando?
Tu aliento reposa sobre mi almohada,
y no me atrevo a cortar mi barba para que no se vaya el último ahora de aquel recuerdo.
¿Hice bien o hice mal?,
siento que cada paso es un error
que camino hacia mi propia muerte
y en el infierno de tus besos
no apareces.

Ojalá no sufras,
ojalá todo el dolor de tu muerte solo la pueda sentir yo,
para que puedas ser un ángel
y que mi recuerdo que te aprieta viva
aún cuando me haya ido yo.

Lo que me gusta de tenerte

Lo que me gusta de tenerte
son las conversaciones
saber todo de tu vida
que te descubras a través de mí
y de mis preguntas.

Lo que me gusta de tenerte
es que no tengo mucho tiempo
pero el tiempo que tengo
lo uso para dedicártelo
y que te sientas bienamada.

Lo que me gusta de tenerte
es someterte en la cama
ponerte sumisa como nadie más puede:
que sepas que una mirada mía
vale más que la atención de miles de fanáticos.

Lo que me gusta de tenerte,
es que te sientas feliz y afortunada
que en mis brazos no te falte nada
hacer de ti
tu versión más protegida y más amada
que te sientas segura
porque a mi lado
nunca te pasara nada
y si te pasa
vas a tenerme
para defenderte
para cuidarte
porque ser el hombre que soy
es de todos
mi mayor arte.

A ti

A ti
que no me jodes si no te he escrito un poema
que si sientes celos se te quitan con mis besos
que me amas como soy
que entiendes la profundidad de lo que doy.

"Puedes que no tengas lo que quieres pero me tienes a mí", me dices

Ah, princesa, eres todo lo que quiero y necesito, a mi lado y para siempre sólo te quiero a ti.

Eres la que me conoce como nadie,
eres la que jamás a tratado de forzarme o manipularme,
eres a la que cuando esté listo llamaré mi esposa o de mis hijos la madre.

Porque es a ti
a quien mi vida confiaría
es a ti
a quien le cuento todas las historias de mi vida,
es a ti
a quien quiero en mis libros y en los agradecimientos de mis premios.

Eres tú, la que ha luchado conmigo desde el principio;
siempre a mi lado,
el milagro de cada día.

Eres tú quien en mí ha creído
es a ti a quien le entrego
esta dicha compartida de ser la mujer de mi vida.

El blanco de tu gris

Yo era el blanco de tu gris
pero todo lo que se mezcla
se vuelve a separar
no entiendo como este cielo azul
puede hallarse así
ardiendo de nostalgia
por los plomizos colores de tus
noviembres lúgubres.

Mi error fue estar siempre para ti
no aburrirme jamás del milagro cotidiano de tu atardecer
abandoné mi vuelo
para mirarte cada día
me tuviste tan disponible
que me diste por sentado.

También hay que hacer mención
a tu falta de experiencia
a tu edad yo tampoco hubiese sabido
cuánto perdía
y cuánto dolor me había costado
convertirme en ese brillo
que le cambia el sentido a tus días.

La historia siempre se repite,
volveras luego de unos fracasos amorosos,
yo podré acostarme contigo para sanar mi ego
pero nunca amarte de nuevo
vendrás, como todas las demás,
queriendo reparar
y te dolerá cuando comprendas
que lo que yo te daba era por tu pureza e inocencia
por tu nobleza
eres como un ángel arrepentido en el infierno
diciendo que me ama
cuando ya es demasiado tarde.

Y seguiras con tu vida,
te casaras,
pensarás que será más feliz con un hombre que te jure fidelidad
que se corte la coleta y se someta
que se deje crecer la barba para parecerse a mí
si tiene ojos verdes o azules
lo amarás mejor bajo las sombras
pensando que son mis ojos
con sus labios no podrás hacer nada si no son tan enormes como los míos
y en la luna de miel pensarás
cómo me sentiría yo ante tan bellos paisajes
y comprenderás que tus sueños no pueden ser nunca realidad mientras no sean conmigo
el hombre que te enseñó a soñar y a volar.

martes, 18 de septiembre de 2018

Cuando me escuches decir tu nombre

Qué bella te ves cuando hablas hasta el cansancio, pequeña diosa, eres como una niña o un dios en edad de jugar, abres los cajones de tu mente, y antes de transportarte a cada uno de tus mundos, sueltas una involuntaria y tierna risa.

¿De dónde saliste? ¿Cuántas bellas soledades debieron agonizar en ti antes de encontrarme? Cállate y prepárame la cena, quiero que me hables y observarte, hasta que sea la hora de los besos y el silencio.

Dime que eres sólo mía, y si vas a mentirme que sea sólo para decirme que eres libre, mientras tu cuerpo súplica ser esclavizado por mis besos.

Abre tus piernas como si las mujeres de mi pasado te estuviesen viendo, arráncame el condón para que sepan que sólo a mí me perteneces, déjate arrebatar por la fuerza insondable de mi poderío. Invoca de mis labios tu verdadero nombre, hasta que te haga llegar a aquel delirio que acaba con todo lo prohibido.

Ahora duermes, vuelve a ser una niña, extrañame hasta que te duela, y pretende que eres fuerte y que no soy el fuego de tu vida, para luego aparecer y que sientas la llegada de la primavera entera simplemente cuando me escuches decir tu nombre.

La herida canta, la sombra brilla.

No podrás escapar de mi silencio, en ningún lugar te hallarás libre de mi ausencia. Buscaste guerra y te vi a los ojos, querías mi miedo y te di mi decepción. Me viste débil y huiste, pero para reencarnar cada día he nacido, y ahora estoy fuerte, y no digo nada, sólo te miro.

Si te diviertes o no, ya no me importa, mi vida es más profunda que una sonrisa que se va con el viento y muere, pereces lejos de mí, yo te di vida. Al final del día la última risa, es la mía.

Si tengo que asesinar cada recuerdo, que vengan uno por uno, serán bienvenidos, cada bello momento que me duele es un triunfo, porque yo no estoy perdido sin ti, cada hermosa memoria me deja claro: puedo sembrar jardines en cualquier tierra que se deje fecundar por mí.

Te desearía lo mejor, pero ya por vos no deseo nada. Puedes volver si quieres, cuantas veces quieras, lo que nunca podrás será hacerme sentir. Ya no cuentas con el poder de tu misterio, vi tu verdadero rostro, invoqué tu verdadero nombre. Eras mi flor, pero ahora no eres más que una cifra que se pierde en el infinito.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Alejandra

No la hubiese conocido de no ser por esa amante de mi padre, que tenía una voz ronca y dulce que estremecía, y casi llegaba a opacar por completo la vulgaridad de su lenguaje. Un rostro lleno de pecas y una tez blanca, era la estampa de la ideal mujer sifrina, sólo que gracias al dios nacido del vientre de la Catira Regional, no tenía ese mandibuleo que hace ver tan imbéciles a las personas del centro del país.

Las mujeres blancas y pecosas de senos operados eran la predilección de mi padre, repudiaba la tez oscura a pesar de que así era la suya, luego de una niñez de pobreza que lo hizo obsesionarse con el dinero, cualquier mujer que no fuese símbolo de poder no le atría. Es decir, toda mujer que pareciera extranjera o hija de extranjeros era su predilección.

Melissa era hermosa, pequeña, con ojos diminutos hundidos en unas cuencas enormes y unas orejas de ratón disimuladas con un cabello a la altura de los hombros. Tanto ella como mi padre juraban por los ojos del hijo que mi padre le hizo abortar cuando ésta se dejó de cuidar esperando que déjase a su esposa por ella, que él no le había pagado las tetas, y puede que sea cierto, porque económicamente ella no dependía de él, y la pobre no sabía que era por eso y no por todas sus inseguridades que él no se quería casar con ella. Todos somos así en algún punto, pensamos que los otros nos dejan por nuestras inseguridades pero en realidad lo hacen por las suyas.

Posiblemente la haya deseado, era demasiado hermosa para no hacerlo, pero los detalles descriptivos de mi padre con respecto a sus encuentros sexuales me hacían tenerle un poco de asco a ambos, y no tardé en verla con la frialdad fraternal con la que a un pariente atractivo se designa.

Ella, de forma ilusa, como tantas tontas mujeres, pensaba que aludiendo con su carisma a un miembro de la familia de su amante, podría influir en este de una forma en que lo hiciese cambiar. Cosa que nunca ocurre. Lo cierto es que fuimos juntos a un concierto de un artista que en ese entonces era la poesía entera para mí, y al que ahora no soporto sus canciones, debe ser lo mismo que siente alguien que conoce la literatura con Coelho y luego termina leyendo algo que sí valga la pena.

En esa salida estaban tres de sus amigas, todas con senos operados menos una, la más gordita y sensible, que terminaría operandóselos un mes después, volviéndose así un ser humano completamente empoderado e inalcanzable con poemas o conversaciones inteligentes, por lo menos para mí.

Afortunadamente no heredé el desprecio a la tez oscura de mi padre, y tuve la dicha de gozarme por completo a Alejandra, el calor de su cuerpo, el volumen de sus senos que para aquel joven poeta condicionado por el pensamiento venezolano eran las puertas del mismo cielo, con su cara espantosa, de sonrisa de esqueleto y ojos sin vida, que te hacían pensar que sin duda su vida antes de las enormes tetas era otra. Por eso ese era su mayor logro, el de ella y el de muchas mujeres de esa venezuela en la que viví, sacarle a su amante casado las tetas, y luego adquirir poder, status, e ir pasando de un amante poderoso a otro, y en algún punto, por qué no, coquetear con dejarse caer en las manos de un poeta. Aunque luego tristemente descubriría que mi padre le había ofrecido dinero a ella a través de Melissa para que se acostara conmigo, y fue entonces cuando me sentí humillado, y terminé todo contacto con Melissa y sus amigas. Y en el caso de mi padre, era sólo otra raya más para el tigre.

viernes, 7 de septiembre de 2018

El silencio de una mariposa

Quién iba a creer, amor mío
que en tu silencio, sin saberlo,
me esperabas.

Que me soñabas,
no como el hombre de tu vida
sino como la mirada de amor
que pudiese reparar tus alas.

Agridulce es la sensación
de enseñar a volar
a quien luego podría ser feliz en otro cielo,
pero no importa
soy tu ángel de vocación
y tú eres mi cielo.

Quién diría,
que incluso cuando huías tú me amabas,
que añorabas la manera en la que te cuidaba,
porque tú
mariposa
guardas bellos silencios en tus alas

No te enseñé lo que es un hombre
te enseñé qué es el amor
y por eso hoy te digo
hay alguien quien te ama
y después de eso, cariño,
el porvenir no importa nada.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Claudia y Raymundo

Un día leerás esto, pequeño Ray,
y tal vez tardes muchos años
luego de leerlo
en enterde lo que quise decir

Un día vi a tu madre en un teatro
y cuando pestañeé ante la dicha de su talento
ya estabas en su vientre de miel morena.

Y luego bostecé como un león,
y antes de darme cuenta,
ya habías nacido.

Oh, precioso,
si supieras o llegases a entender
cuánto te ama
te aseguro no sufrirías un solo instante
de tus bellos pasos por la tierra.

Nunca la vi sonreír como cuando te tiene en sus brazos,
eres como una mariposa que vuela desordenadamente
y te robas su atención por todas partes,
ella ya no tiene ojos,
sus pupilas son tuyas
verte es su forma de ver el mundo.

Ahora te veo leer entre sus brazos,
y eres tan feliz,
me dan ganas de quitarme la barba para ser niño y jugar contigo,
no te cansas de nada, tu cerebro es tan fresco,
en ti la rutina no existe,
todo acaba de nacer y el mundo es el libro que estás por leer.

Nada se te marchita por más que lo repitas,
ah, querido mío,
serás poderoso
lo sé por tu nombre
yo quería que te llamaras Oliver
tu madre es de las pocas personas que dicen que van a hacer algo y lo hacen,
ah, pequeño,
no lo sabes
pero cada segundo es único y se va para siempre.

Pero tu madre es eterna,
es eterna y es hermosa,
y si alguien llegase a creer que no existe el amor
es porque no ha visto la vida
como ella te mira.

Ser tu dueño

Te veo, y soy como una hoja roja seca en el piso. Te veo, y empiezo a nacer, mi cuerpo es nuevo, mi vida abandona mi cuerpo y empieza a habitar el interior de ese árbol frente a mí. Soy luz, agua, cielo, sol y sombra.

Y me tocas, y te toco, y entonces empiezo a florecer, a nacer.

Y te miro, y hacemos el amor, y ese deseo de poseerte se parece tanto a la vida resistiéndose a la muerte. Y eres todo lo que no soy, y sos todo lo que no está muriendo. Y para qué contar el tiempo si a tu lado todo es más que eterno.

Y se puede caer el mundo pero este poema no se escribirá solo. Y me eyaculo una fiesta, una exploción de dicha, una felicidad liquida. Y mi ardor de vida reposa ya sea en tu boca, mordiendo tu paladar y mordiendo tu aliento. Ya sea entre tus nalgas, las cuales parecen llenas de blanca lava que emana de ese culo apretado y feliz, estrecho y sodomizado, porque poseerte no es solo ser tu dueño, es también ser dueño del mundo.

Y a veces son tus muslos los que se empapan de cada una de mis gotas dichosas que combaten cada una por el deseo feroz de poseerte. Ah, querida ¡cuánta muerte es necesaria para una sola vida! Cuánta sangre no derramada debe perderse por el anhelo eterno de tus besos.

En otras instancias -es necesario además mencionar- que también sobre tus senos esta fiesta reposa  y es tan bello ver a tus montes brillar con el atardecer de mi dicha, no importa lo pequeños o enormes que puedan ser tus senos, mujer, ese es el fruto del árbol de mi vida: lo indispensable es que seas mía, y entonces el querer florece como el curso de la vida misma.

A veces es tu rostro el que se empapa de mis delfines de leche, y eres como los niños que juegan y se ensucian y son felices, y la madre que todos llevamos dentro se enniñece con nosotros, y no hay maquillaje que te haga ver más bella que mi semen por doquier, sólo el mío mío mío.

Y luego soy tuyo, por unos instantes, pero no puedo decirlo, porque la boca me la tapa el viento, y porque soy tan tuyo que no soy nadie, y me vuelvo rojo o amarillo o marrón, qué importa, y salgo a caminar al bosque, a llenarme de cielo, a escribir con los ojos rojos y lentamente, con o sin tus caricias, voy volviendo a ser esto que soy y cuya una razón de ser es estar vivo para morir contigo en la alegria sin límites que es ser el dueño de tu piel y tus anhelos.

martes, 4 de septiembre de 2018

Poema: Este idiota, que te ama.

No sé por qué te cuento esto
porque soy un idiota, supongo
pero desperté en llantos
porque soñé que te perdía
en las manos de otro.

Puede que yo no sea perfecto,
que sea poeta,
débil,
y en secreto tenga un profundo miedo a ser abandonado
y quedarme solo.

Pero mi amor,
yo mataría por ti,
vería la vida del que se te acerque
desvanecerse lentamente en mis manos,
porque, aunque no lo admita nunca
para que no me veas débil y te vayas,
yo te necesito
yo te necesito ahora,
y tal vez más tarde,
y tal vez mañana y mañana
y mañana,
y así,
de a poquito
disimular
porque aunque siempre que he querido ser de una sola he fallado,
te quiero para siempre,
te quiero conmigo,
y temo perderte,
y sería capaz de matar para que no pasara,
y hasta de mentir para que te quedaras.