martes, 18 de septiembre de 2018

La herida canta, la sombra brilla.

No podrás escapar de mi silencio, en ningún lugar te hallarás libre de mi ausencia. Buscaste guerra y te vi a los ojos, querías mi miedo y te di mi decepción. Me viste débil y huiste, pero para reencarnar cada día he nacido, y ahora estoy fuerte, y no digo nada, sólo te miro.

Si te diviertes o no, ya no me importa, mi vida es más profunda que una sonrisa que se va con el viento y muere, pereces lejos de mí, yo te di vida. Al final del día la última risa, es la mía.

Si tengo que asesinar cada recuerdo, que vengan uno por uno, serán bienvenidos, cada bello momento que me duele es un triunfo, porque yo no estoy perdido sin ti, cada hermosa memoria me deja claro: puedo sembrar jardines en cualquier tierra que se deje fecundar por mí.

Te desearía lo mejor, pero ya por vos no deseo nada. Puedes volver si quieres, cuantas veces quieras, lo que nunca podrás será hacerme sentir. Ya no cuentas con el poder de tu misterio, vi tu verdadero rostro, invoqué tu verdadero nombre. Eras mi flor, pero ahora no eres más que una cifra que se pierde en el infinito.

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