martes, 24 de septiembre de 2019

Yo no me enamoro

Pues sí
tienen razón
yo no me enamoro.

No corro por ti,
no doy la vida por ella,
no muero porque me mires.

Pues sí, tienen razón,
las mujeres del barrio
en eso de que hay que tenerme cuidado
de que soy un seductor
un mujeriego
y que la que se descuide cae en mis encantos.

Están en lo cierto,
todas esas mujeres
que temen que sus novios se acerquen a mí
porque en este pueblo pequeño
todo hombre al que vean conmigo
le atribuyen reputación de mujeriego.

No lo niego:
yo no me enamoro.
No pongo a las mujeres en un pedestal,
disfruto de su belleza
de la poesía con la que me incineran
pero me alejo de lo que me obstina
y si me faltan el respeto
nunca las vuelvo a llamar.

Sí, tienen razón,
las mujeres no son parte de mis sueños,
no creo en el ideal
en la pareja perfecta,
me he acostado con demasiadas novias y demasiadas esposas
como para creer
que un universo de lealtad es posible.

Dicen la verdad,
los que dicen que soy el chico malo,
el que no se enamora,
al que nadie domina
al que con su carisma
seduce
el que le saca lo puta a las santas
y que no se deja manipular por las putas.

Es cierto,
no me enamoro,
mi corazón está lleno de ambiciones
y no de sentimientos
especulan que voy a morirme solo
y que de mujeres enamoradas
estará lleno mi entierro.

Yo no les creo,
para qué preocuparme por eso,
si peor que morirse
es vivir sufriendo
por esperar que las mujeres sean algo
para lo que no nacieron
ustedes sufran, engañense,
busquen.
Yo escribiré poemas,
yo seré el que no ama,
yo seré el que tantos desean
y a la vez tantos temen
el demonio
el poeta maldito
contagiando su libertad por la tierra
ese del que las mujeres hablan
y luego ríen
susurran
comentan
y mis amigos emocionados
vienen a decirme
las hazañas que de mí se cuentan.

Esta es la vida que elegí vivir,
no me he enamorado,
me pasó algo mejor:
viví la vida,
la viví a mi manera.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Pienso en ella

Pienso en ella, se meten entre líneas pensamientos en donde la hallo, en donde la respiro. Vi volar a una mujer, y fue ella. Vi el engaño del éxito y el reconocimiento, y también era ella. Y es que hay una soledad en donde las mujeres mueren por ti, pero la mayoría decide morir en esas horas dónde tú saldrías corriendo por ella.

Sé que parece que me olvidas, yo hago todo lo que puedo para aparentar lo mismo. Oh, tu voz y tu amarga risa. Tu compañía a solas y la insoportable cantidad de futuros que en mi mente aparezco contigo, no hay uno solo en el que no terminemos mal o peor, y sin embargo, tengo que decir que en mi mente sólo se encuentra ella.

Soy tan fuerte en todo, pero mi debilidad es ella. Si ella apareciera y sostuviera mi rostro en sus frágiles manos, cedería a todo mientras nos besamos. Me rompes en dos, en el niño que te necesita y en el hombre que conquista el mundo para no tener que pensar en ti.

Pero pienso en ella, en versos y en prosa, y en las ganas enormes de volver a tenerla, de volver a perderte, de volver a olvidar lo malo, de no poder escapar de lo nuevo, y de escribir con sangre: que pienso en ella.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Los poemas existen por ti

Los poemas existen
porque hay rostros
como el tuyo
que algún día envejecerán
y perderán todo su encanto
pero hoy no es ese día
hoy no es ese día
y hoy este es tu rostro.

Los poemas existen,
porque existen cosas
en las que no creo
como la luna
como el amor
pero que están ahí
sin importar lo que yo crea
como tus ojos
como la dicha de tenerte
de sentir que soy tu dueño.

No hay mujer alguna
que haya escrito un poema
inspirado en un hombre
sin que ese hombre tenga a otra
o no pueda corresponder lo que ella siente
o este demasiado ocupado
para darle todo lo que quiere.

Los poemas existen,
porque existe una soledad
una soledad tan honda
que no tiene que ver con estar solo
es como no querer que se mueran los que amas
ni tampoco querer morirte
es una soledad
de vida o muerte
que se esconde detrás
de esta hipocresía
que los otros aplauden o critican
que los otros creen porque son tontos
y que uno mismo cree
porque sino la soledad lo ocuparía todo
esta soledad tan desolada
que sólo tú me tocas.

Los poemas existen
porque hay una flor
y un atardecer
tatuados ahí
donde las palabras no me tocan
donde no me llegan
ni siquiera los atardeceres
y las flores
que fuera de mí existen.

Los poemas existen,
porque hay un rincón
en donde tú
con tus ojos,
con tu voz
y tu carita,
me habitan;
y que nadie alcanza
ni siquiera tú cuando me hablas,
ni siquiera tú cuando me miras,
es un rincón
lleno de ti
pero sin ti
y que nadie borra
y que nadie alcanza
ni siquiera los poemas.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Lolita negra

La vi al entrar
era alta
y con unas preciosas nalgas
que a donde quisieran
mis deseos podrían arrastrar
luego vino a mí
de frente
pude ver un rostro
cuya juventud
compensaba la falta de encanto y de belleza
debía tener 16 o 17 años
un uniforme de porrista de High School
y unos bellos senos
que parecían torturados
por estar en esa ajustada ropa
y no en mis labios.

Ni siquiera hizo contacto visual conmigo
y por ese instante
yo me odié
por ser yo
y no ser cualquier otra cosa
que desencadenara su deseo y sus suspuros.

Unos pequeños granos en su rostro,
un short tan corto y tan ajustado
que era como verla desnuda
y se llevó su indiferencia con ella
pero a mí
el impacto de tanto deseo
de tantos nervios
de tanta ansiedad
en tampoco tiempo
me dejó pensando en ella
en las ganas de prenderla en fuego
para que se llene mi cuarto de su aroma, de su incienso.
En mis ganas de parecerle interesante,
para que me hable,
para escuchar su voz en todas partes.
En las ganas de que me desee,
para sostenerla entre mis brazos
y beberla a cada instante.
En las ganas de ser lo que sea que ella quiera,
para protegerla,
para poseerla hasta hastiarme.

Disfunción eréctil.

Me acababa de dar una ducha
ella estaba peinándome el cabello
y me preguntó
cuál crema quería
si la de coco o la de los negros
yo le dí media vuelta
y nalgeándola le dije
"esto es lo que quiero"
ella se sonrojó
como siempre que la hago sentir mujer
y la hago sentir sumisa
empecé a penetrarla
mientras disfrutaba de sus nalgas en el espejo
pero de pronto empecé a sentir
una flácidez
una falta de ganas y de deseo.

Oh, yo que siempre critiqué
a los hombres infieles
ahora en este patético espejo me veo
y siento que el hombre es infiel
por amor a su familia
para no terminar sucumbiendo
a las ganas de meterse un tiro en la cabeza
por tener que cogerse
a la misma mujer de nuevo y de nuevo.

Y lo peor es que ella está buenísima,
y no empezó a aburrirme hasta que empecé a quererla.
Trataba de recurrir a las viejas mañas
a pensar en su hermana, o en su madre, o en cualquiera de aquellas
que me he cogido una o dos veces
en las soledades del perverso anhelo.

Pero nada, ella era más bella que todas ellas, el problema es que después de la primera vez
ya no apetece
ya no me enciende
en especial si tengo que metérselo
al verla de frente;
qué incomodidad
esta agonía
de querer tenerlo todo
pero no quererlo si lo tengo
de sufrir por lo perdido
y de sufrir por lo que aún no pierdo.

Pero está bien,
soy hombre,
de alguna manera resolveré esto
aunque tenga que dejar de masturbarme por un tiempo
o escribir poemas
hasta que llegue un nuevo amor
que traiga el mismo aburrimiento.

Mujer de humo

Pensé en ti
al recorrer una vez más
aquellos
nuestros pasos y caminos
y quise escribir este poema
para apelar a tu recuerdo
ya que sé que eres mujer
y que no crees
en el amor ni en el destino
la mujer tiene un solo Dios
y es la duda
y esa es su supervivencia
y su martirio.

Recuerdo aquellos
los únicos dos días
en los que te vi
antes de que te desvanecieras
como nube de humo
en el fuego del olvido,
lo vivido y los recuerdos.

El día primero
fue aquel en el que te conocí
y el segundo
aquel en donde te hice mía
y para siempre te esfumaste de mí.

Podría buscarte
pero para qué molestarte
para qué insistirte
si al venir lo harías
con todas las cosas que no son bellas
y que hoy no puedo ni intento recordar.

Mejor te escribo,
mejor me salvo de ti,
mejor dejo de ceder
a este vicio inútil de los hombres
de creer en el amor
y en el destino.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Fantine

Noches sin dormir
mensajes sin recibir
un cuerpo cansado de luchar
un futuro
que no termina de llegar
unas cuentas sin pagar
y yo no dejo pensar
en la sonrisa sin dientes de Fantine.

Todos tenemos una Cosette
que nos dejó de esperar
luchamos por un sueño
pero como decía mi madre
uno nunca sabe
para quién ha de trabajar.

A dónde se han ido las ganas
Fantine no canta
no ríe de loca por las calles
en mi corazón no suena una salsa
hay cosas que se rompen
y no se pueden reparar.

Qué poema más extraño
qué dolor
y qué agonía
tantas veces en el día
uno quiere
dar la vida por vencida.

Pero qué va
salió el sol
levántate y anda
que otro día acaba de llegar.

Tatuajes

Tatuajes.

La cara de mi madre
en esa foto
de cuándo era niña
y parecía haber nacido
para traer al mundo,
belleza y tristeza.

Esa sensación por la mañana,
de cuando me veo al espejo desnudo
y siento que por primera vez
luego de tanta dieta y ejercicio
no siento pena sino orgullo

Esas ganas de cuidarte,
ese temor al futuro,
estos nervios de que me faltes
esta angustia
de alguna vez fallarte.

Esa mujer que alguna vez creí amar
pero ella no terminó siendo lo que yo creía.

Aquel atardecer de aquel día
del cuál nada más puedo recordar.

Aquella vez que me humillé
para no perderte
y terminaste llendote de cualquier forma.

Aquella vez que por orgullo
nunca te busqué
para que regresaras
y terminé perdiéndote de cualquier forma.

Ese aroma, ese café
aquella Venezuela
que nunca va a volver.

Tantas cosas que tengo tatuadas
y no precisamente en la piel
tantas cosas que me brillan en la noche
cuando no puedo dormir
y nadie me puede ver
tatuajes que dolieron al hacermelos
y que nunca terminarán de doler.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Acariciarte despacio

Ven, cariño
llegué del trabajo cansado.
Siéntate en mis piernas,
voy a oler tu pelo,
olerte es sentir que a casa he llegado.

Hueles delicioso,
te bañaste para recibirme como tanto me gusta.
Ahora acuéstate en mis piernas
boca abajo.
Voy a quitarte la ropa.
Y acariciarte despacio
hasta que te erices toda
y morder tus espalda
y apretar esas nalgas
que parecen flores
recién nacidas.

Quita mis zapatos.
No, así no, de rodillas.
Sí, también los calcetines.
Ahora el pantalón.
Ahora la ropa interior.

Muy bien, papi quiere
que se lo mames.
Muy rico.
Lo haces tan bién,
excelente,
no te tengo que decir cómo me gusta.
Ya tú lo sabes,
sólo tengo que relajarme
tú sabes
que naciste para complacerme
y sigues en tu arte
hasta derramarme
y morir de placer
entre tus labios.

Eres una buena chica,
papi está orgulloso de ti.

Querer

Querer
divina tortura
ilusión de que algo
en esta vida es cierto.

Ansiedad de adivinar el futuro,
predecirte en cada esquina.

Siempre es ganas,
nunca satisfacción,
la satisfacción es otra cosa,
querer, sin embargo
es el deseo de su repetición.

Si quisiste hace años
y hoy eres distinto
basta un recuerdo
convertido en palabra
esperado en silencio
para que un incendio ocurra
y vuelvas a ser y sentir
lo que creíste borrado de ti.

Es siempre incertumbre,
siempre buscar
aunque nunca se sepa lo que se busca
no obstante
siempre se sabe de lo que se huye
de esta incertidumbre
que es el querer mismo
no importan los consejos
las ideas
o las creencias
que hasta el cansancio has repetido
cuando llega la hora de lo incierto
y el querer
y el placer y el dolor
te consumen
como si nunca antes
otra cosa hubieras querido
podrías matar
para dejar de sentir
ese terror de morir
y esas cosas tan simples
te calman
pero siempre regresas
cuando todo termina
a lo único interminable
esa angustia
de querer
sin saber lo que se quiere
pero sí cuánto se teme
Y en esos breves instantes de miedo,
uno se siente vivo,
uno es un niño aterrado
a que lo encuentren en este juego de escondidas
entre querer
y querer que te quieran
y no piensas
que todo es un juego
piensas que morirás
de querer
si no te quieren.

Marissa

Cariño mío,
no tienes que seguir despidiéndote de mí
en tus poemas
tampoco hace falta que sufras
cuando me besas en otros labios
o cuando en otros ojos
crees ver mi mirada triste
llena de poemas.

Yo no te odio, mi niña
si te odié
o si me heriste
en el pasado
hoy tiene
muy poca importancia.

Tienes razón,
somos otros
o tal vez los mismos
pero distintos
cambiados
crecidos
sufridos
alejados
y como siempre que se esté vivo:
felices
aunque queramos negarlo en los poemas.

Yo me encuentro bien,
y espero que tú también,
que te quieran
que te cuiden
que hayas dejado de fumar
y que en la universidad
no te hayan contaminado
con absurdas ideologías.

Te imagino tocando el piano,
llorando cuando deberías estar feliz
con esos ojitos asiáticos
y con un precioso diamante
entre tus preciosos senos.

Aún llevo conmigo
la pulsera roja que nunca me regalaste,
el ajedrez que nunca aprendiste a jugar
(esa partida en la que te gané
y tanto te hice reír)
y tu anhelo de que tu hermano
leyera el principito
y se enamorara como nosotros de los libros.

Recuerdo tu admiración
por todo lo que yo era
hacía o decía
por mi capacidad
de ver las palabras con colores
por recordar tantas cosas
y por siempre tener
historias que contarte
y por esa forma de protegerte
que con nadie se compara.

No temas ya,
el tiempo ha pasado
y no en vano
como nos dijeron esos sabios
autores que
juntos leímos:
sufrir es una perdida de tiempo,
y como dijo el mejor poeta de nuestro tiempo:
siempre serás la niña de mis besos.

Y es que, pequeña mía,
mi poema favorito también se equivocaba:
el tiempo no lo borra todo
con su implacable tempestad de arena.
Siempre seré
tu Sabinas venezolano
y tú la alumna predilecta de mis fantasías
ya puedes dejar de decirme adiós en los poemas
ya que estamos escritos juntos
en una historia que es inseparable
aunque no la leamos de nuevo
o quién sabe
tal vez y se repita.
De cualquier forma
puedes venir a buscarme cuando quieras
cuando quieras leer un libro juntos
o que te posea
con maldad y con delicia
cuando quieras llorar entre mis brazos
o cuando simplemente
quieras dejar de luchar
con el deseo y el recuerdo.

Deja de decirme adiós
niña de mis besos
cuando quieras eres bienvenida
siempre que quieras sentirme
más allá de tus recuerdos.

Pero eso sí,
sin importar
si vienes
o te pierdes,
quiero que si lees esto me prometas
que vas a ser tan grande
como siempre soñé
que lo serías.