Pensé en ti
al recorrer una vez más
aquellos
nuestros pasos y caminos
y quise escribir este poema
para apelar a tu recuerdo
ya que sé que eres mujer
y que no crees
en el amor ni en el destino
la mujer tiene un solo Dios
y es la duda
y esa es su supervivencia
y su martirio.
Recuerdo aquellos
los únicos dos días
en los que te vi
antes de que te desvanecieras
como nube de humo
en el fuego del olvido,
lo vivido y los recuerdos.
El día primero
fue aquel en el que te conocí
y el segundo
aquel en donde te hice mía
y para siempre te esfumaste de mí.
Podría buscarte
pero para qué molestarte
para qué insistirte
si al venir lo harías
con todas las cosas que no son bellas
y que hoy no puedo ni intento recordar.
Mejor te escribo,
mejor me salvo de ti,
mejor dejo de ceder
a este vicio inútil de los hombres
de creer en el amor
y en el destino.
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