Entonces, López
¿hasta cuando seguiremos?
Con esta lucha diaria
con este día a día tan exhausto
te escucho en mi cabeza
cierro los ojos como si fuesen puños
y aprieto mi cráneo y sigues adentro
no consigo callarte
¿crees que debería dispararte?
- No, aún no es tiempo
y además eso me parecería
muy cobarde
estás en mí
y me has hecho escucharte
de pequeño me dije
que cuando se me apareciera
un fantasma
hablaría con él
trataría de entenderlo
no lo rechazaría
la primera vez que leí la biblia
me interesó saber
si de verdad el diablo
sería tan malo
dispararte sería
ser uno más de la mayoría
¿de qué serviría?
Ellos te amordazan
no quieren escucharte
y yo lo hago y tiemblo
Señor López
mientras más leo
usted más interesante se hace
usted
me pone triste y pesimista
pero dentro de todo
me hace gozar
de una misteriosa delicia
digamos
que la verdad
no es sólo abrir los ojos
sino también
las alas, los oídos:
las puertas de la música
dejarla que entre
y que duela
hasta el fondo
Oye, López
¿me dejas llorar contigo?
Oh, sí, santo cielos,
ni los hombros de Dios
se deben sentir tan tibios
López
perdona por callarte
me has mostrado los espantos
más atroces
tú y sólo tú
me has dado este don
de la poesía
No, no es arrogancia
admitir mi altura
me elevo
entre los cadáveres sangrientos
de todos los hombres que fui
y tengo todo el poder del mundo
y lo desecho, lo abandono
y a ese renunciar le llamo poesía
sí, López
aunque no lo creas
este es un poema
a ese vaciarme
y entregarme
darlo todo a un nadie
que ignoro y amo
¿podría decir alguien que
esos autores que han muerto
antes de nuestro nacimiento
no nos aman?
Oh, López sufrir es trascender
no siempre
pero
esto es un poema
aunque nadie lo crea, Señor López
y un poema es la mejor forma
que tengo
de no darme por vencido.
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