Vi sus ojos,
la belleza de esos ojos,
y por un instante
me olvidé de ti,
en esos ojos que lo dicen todo
sin decir palabra.
Me olvidé de tus labios sin vida
que besé entre lágrimas
esa noche
que sería la última.
Vi los lunares de su pecho,
-no la desnudez entera-
sentía que el deseo de tenerla
sería más intenso que la posesión
y necesitaba lo intenso
para olvidar por un instante:
que reapareces en cada canción
que fui feliz a tu lado
y que fuiste la última persona que me vio llorar en su pecho.
Por un instante muy breve
ella me hizo nacer de nuevo
me quitó de encima tanta vida
tanta vida que me pesa y me estorba
desde tu muerte
ese algo de ti
que me duele en cada flor
en cada canción
en todo lo que quise ser
y no pude
desde que empezaste a faltarme tú.
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