No sé cómo me recuerdes.
Tal vez como un arrogante o egoísta.
O quizás añadas más ideas a las lista
todo, con tal de justificar
por qué es bueno
no admitir
que me necesitas.
No sé cómo me recuerdes.
Tal vez pasé el tiempo, y te vuelvas idealista.
Me recuerdes como un hombre
que ha pesar de sus defectos
o quizá por ellos
pudo hacerte ver lo que antes no habías visto
y sin proponérselo
te hizo vivir
algo
no importa si mejor
pero seguro que distinto.
No sé cómo me recuerdes.
Tal vez posesivo y fascinante.
Tal vez valiente e inestable.
O tal vez me recuerdes poema
o me recuerdes amigo
o me recuerdes ayuda
o me recuerdes abrigo
o me recuerdes
sí, me recuerdes
tan hombre
y tan niño
sí, y tan niño.
No sé cómo me recuerdes.
Tal vez como realmente fui.
Tal vez no quieras mentirte
quieras ir más allá de tus heridas
y las mías
más allá de la belleza
y de su sombra
tal vez
me recuerdes de la mejor forma
y es
no pensando en mí
nunca.
No sé cómo me recuerdes.
Sólo sé una cosa.
Era mejor escucharte
que pensar en ti.
Es mejor tenerte
que recordarte.
Y siempre estuviste
tan cerca y tan dentro
y sólo cuando intenté retenerte
te marchaste.
Sólo cuando intentaste no irte
te pedí que te largaras.
Sólo se una cosa de los recuerdos.
Nunca son como realmente fueron.
Sólo una cosa sé de la memoria
y es que te busca
pero no es a ti
lo que encuentra.
Qué poco sé de ti,
no me dejaste terminar de descubrirte.
Ardua tarea
gozosa tarea
que me hubiera tomado
toda la vida.
Qué poco sé de ti,
tal vez quieras volver
tal vez no piensas en mí.
Es tan poco lo que sé de ti,
a veces me pregunto
si de verdad estuviste
o sólo te soñé
oh, o sólo te soné.
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