Es difícil.
Cuando ella es parte de tu vida, es muy difícil.
Pasas de escribirle a diario, de sentirte feliz al despertar cada día, y que no haya sido un sueño, que ella es de verdad y respira entre tus brazos, y te dice papi y te dice que te ama.
Es tan difícil.
Cuando ella se vuelve parte de tu vida, de tus planes, de tus sueños. Cuando confías tanto en ella que puedes contarle cualquier cosa. Cuando te acostumbras a celebrar sus triunfos y a sentirte más orgulloso de los suyos que de los tuyos.
Es tan difícil.
Cuando crees que todo está bien, que ambos van a vivir esa bella vida que vienen planeando desde que empezaron a amarse. Cuando sientes que el amor es una fuerza misteriosa e indescriptible que empezó desde el primer día, y que sólo hallas al mirar sus ojos.
Es difícil.
Cuando le quitas la virginidad y te sientes único, su super héroe, su guardían, su todopoderoso.
Cuando te dice que como tú nunca ha conocido a otro, cuando quiere arrancarte la ropa cada vez que te ve, cuando la transformas en la mejor puta de todas: la que es sólo tuya.
Es difícil.
Cuando ella no para de decir cuánto te admira, cuando la inspiras a diario a alcanzar sus sueños, cuando eres a quien le cuenta todos sus problemas y quien le dá los más sabios consejos. No sólo para ella, sino para su familia y amigos.
Pero te lo digo, es tan difícil.
Cuando antes de dormir le cantas canciones de Silvio o de Sabina, y le hablas con una voz de niño que sólo con ella usas, y al día siguiente ella te dice que soñó contigo.
Pero te lo juro, es difícil, y con una lágrima en mi mejilla te lo digo.
Que es difícil descubrir que ella estaba planeando dejarte desde hace tiempo. Que ella fingía su amor en los últimos días. Que pensabas que todo estaba bien hasta que te despiertas con un puñal en la espalda.
Y no sabes qué hacer, porque ella ya no te ama.
Dice que te ama, pero no lo hace, porque desde que el mundo es mundo no ha habido una sola mujer que te deje por amor. Ella sólo dice que te ama para no verse tan mal en su traición.
Es difícil, darte cuenta de que te duelen más los lugares en donde la pensabas que aquellos en donde estuviste con ella.
Darte cuenta de que la extrañas, de que hiciste mal en quererla con toda tu alma.
Es difícil,
descubrir que estuvo pensando en dejarte,
que te dejó tal vez por uno con más dinero, o porque quería irse a explorar todas sus opciones.
Es difícil darte cuenta de que no importa cuánto inviertas en una mujer, ella siempre se reserva el derecho a cambiar de parecer cuando sea que le dé la gana.
Y que si cree que una mejor oportunidad se le presenta, te dejará y no podrás hacer nada.
Sí, es difícil.
Despertar un día y darte cuenta.
De que nunca fue tuya la mujer que tanto amabas.
Sólo era tu turno,
sólo eran emociones pasajeras sin profundidad alguna.
Sólo eran palabras bellas,
sin valor alguno.
Tú creías que era el amor de tu vida
pero sólo era una más
como cualquier otra.