Qué miserable es la vida
una dicha me dejó
y ya no sentía nada
con el resto de mis dichas.
Me dejé de preocupar
y la dicha regresó
pero ahora me doy cuenta
de lo miserable que es la vida.
Es tan fácil que todo pierda su sentido
vivimos todos
con nuestro tornillo de Morelli.
Nos obsesionamos con lo que hace
cada cosa diferente
exageramos su sentido
lo volvemos sagrado
le hacemos culto
y luego
se rompe
como todo juguete
y eso somos
tan frágiles
como todo lo que crea el pensamiento
las ideas son de papel
y mira
llueve
y se acabó mi felicidad.
Ah, que miserable es esta vida,
la belleza
debe ser algo que exista
más allá
del objeto que la inspira
a la mierda los museos
la historia
este poema
que la verdadera dicha
está del otro lado
aquí nada dura
esa mujer que jura que te amará por siempre
ya no está contigo
y no es ella
lo que te queda en las pestañas
después de que la miras.
Nada es verdad
de mí ya nada queda
sólo este cádaver que no entierro
esta ilusión que a nada llega
este recuerdo que me invade
esta vida ya vivida
que me niego a soltar
sólo la pongo a un costado
y salgo corriendo a apretarla
cada vez que tengo miedo
y frío
y me niego a ver
más allá
de la miseria de la vida.
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