domingo, 19 de abril de 2015

Mariposa Márquez

Crearemos una utopía, en donde las estirpes
Condenadas a cien años de soledad tengan
Una segunda oportunidad sobre la tierra.
Dejaremos los autos y andaremos en bicicletas.
No se escucharán las canciones de Shakira en la radio
Porque Shakira cantará junto a nosotros frente a la fogata.
Y será novia de un paisa o un costeño; y no vivirá en Miami.
Juanes no tendrá que ir a Cuba a hacer conciertos
Porque Cuba no será el payaso de nadie; y lo mejor:
No tendrá nada que pedirle a Dios, porque los científicos,
En vez de fabricar minas, sembrarán jardines para juntos caminar.
Diana Uribe será nuestra memoria, porque en su voz
Despiertan todas las utopías que se duermen.
La paz, será el canto de todos y no un espectáculo
Para ganar votos.
No habrá narcotraficantes porque no habrán drogas,
Todos estaremos ocupados tapando los platos
Para irnos a morir de hambre y amor
El amor será la única droga, nos llenará la memoria
Del corazón de historias que le contaremos a Gabo,
No para que las escriba, sino para que se divierta,
Porque en nuestra utopía no hará falta leer,
Porque no habrá realidad que cambiar.
Leer a Gabo es hermoso porque la realidad es terrible,
No leeremos: seremos la salvación de Macondo.
El dinero tendrá fecha de caducidad
Para que nadie le ponga precio a la dignidad.
El Chocó será objeto de orgullo y no de vergüenza,
El Cocuy no estará en peligro de extinción.
Y serán aburridos todos los chistes de Jaime Garzón
Porque no tendrán sentido, porque seremos alegres,
Y cuando alguien esté triste, regresando a la tierra del olvido,
Entraremos todos con acordeones a su casa, y diremos:
¡Apártense vacas!
Viviremos sin miedo de ser viejos,
Porque le diremos a los ancianos,
Que hasta el árbol más longevo
Sirve de fuego si no está podrido.
Las utopías sólo se hacen cuando
Las personas cambian de dioses,
Y nuestro Dios ya no será el dinero.
No tendremos perdedores porque
En vez de competir vamos todos a colaborar.
Los jóvenes no tendrán miedo al futuro,
Porque los jóvenes serán jóvenes y no carne
Para engordar al sistema de consumo.
El tiempo no será oro, sino libertad.
Sonreíremos con los ojos abiertos,
Veremos que en el mundo no hay una verdad
Sino muchas, que hacen fuegos,
Fuegos de colores, arcoíris de la diversidad.
Y mi madre, como Gabo,
como todos los que han dejado la vida,
Pero nos dejaron en ella su fuego;
No estará en el cielo, no estará perdida,
Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad
Tendremos una segunda oportunidad sobre la tierra.
Y lloverán flores amarillas, y mariposas,
Y las lágrimas serán de poesía,
Y este poema no será hermoso,
Porque ya no será una utopía.


Este poema participó en un concurso en Colombia donde fue completamente ignorado. Mi amigo, Nicanor Parra, me dijo, alentándome, que el primer síntoma de una obra de arte es ser ignorada. Sin embargo, Borges, mi maestro, impuso esa ironía que le suele costar amistades, y que para ser honestos, es lo único de su gran talento que he aprendido. El maestro desencadenó esos ángeles del silencio y la cruda realidad diciendo《Para hacer una obra de arte no basta con ser ignorado, sino imagínese, sería demasiado fácil》

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