martes, 10 de marzo de 2015

El Capitán Latinoamérica en Japón

Capitán Latinoamérica viajó a Japón,
En libros porque no tenía dinero para el avión.
Fue a luchar contra los japoneses Nazis.
A rescatar el arte del sublime papel,
La belleza implícita, y la dulzura del budismo
Que el Nazismo y la ambición destruyó.
Los japoneses estaban en guerra,
Querían conquistar el Asia,
Fueron crueles y salvajes,
¡Qué injusto sería llamarlos animales!
Cuando llegó capitán Latinoamérica no tenía nada que hacer
Los gringos le diferon: nos encargamos,
Cuidado
¡Debes retroceder!
Al parecer ensayaban bombas
Que nunca antes habían probado.
Los científicos dijeron:
Déjenlas caer en una isla vacía,
Cuando vean la explosión gritaran:
¡Santa virgen, que no es mía!
Y se rendirán...
Pero los militares no escucharon,
Pensaron (¿Pensaron?)
Que si no funcionaba, morirían muchos soldados.
Y la ciudad más hermosa del periodo Edo...
En añicos la dejaron.
La gente se lanzaba al agua,
Sus ropas en su piel se calcinaron,
Los japoneses no tenían oportunidad de ganar,
Pero ellos peleaban por orgullo;
Es decir, para morir.
Hubo algunos que años después fueron encontrados en remotas islas,
Nunca supieron que la guerra había acabado (¿Acabó?)
Los americanos dejaron la muerte de la primera bomba de lado,
Y aún nadie se explica,
Cómo después de que los chinos se habían casi rendido
La segunda bomba atómica soltaron.
Capitán Latinoamérica lloró,
Él no cree en la guerra y sus libros nadie leyó.
Capitán latinoamérica se sintió muy mal,
Y ofreció a los enemigos su mano para ayudar.
Los japoneses hicieron concursos de grullas de papel,
Todos los días pasaron oficiales.
No importaba ganar, sino que la vida valiera para algo.
Su mayor reto fue soportar,
Y luchar para que respirar valiera de algo.
Los japoneses eliminaron su ejercito,
E hicieron una antorcha que nunca dejan apagar.
Ellos dijeron: mientras hayan bombas atómicas,
Esta antorcha seguirá luchando por la paz.
Nadie merece ese daño.
Hicieron museos para abrirle los ojos al mundo,
Para mostrarle, en ellos, el reflejo de la violencia.
Una niña soñó un día vivir,
En ese tiempo no se curaba la leucemia,
Ella murió,
Pero todos hicieron grullas de papel...
Pidiendole a la suerte que no se la lleve.
La mal parida como siempre,
No hizo casó y se la llevó.
Pero en su nombre ahora las grullas
Son la esperanza de esa nación.
Ahora Japón lucha por la paz y,
Que en la memoria del pueblo quede la lección.
No sembraron rencores sino reflexiones.
Ejemplos del mundo, diría, tal vez, yo.
Capitán Latinoamérica fue a salvar,
Y el salvado terminó siendo él.
Ahora el quiere regresar a su pueblo
Y decirle a su gente que nada está perdido
Que hay que creer y crecer.

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