martes, 14 de noviembre de 2017

Aventura invernal, parte dos

Me bajo del auto y mi atención es absorbida por el sonar de una campana (Sí, Notre-dame), era un hombre pidiendo dinero; siempre es desagradable ver a alguien pedir dinero, en especial cuando a uno le cuesta tanto conseguir el poco que tiene.

Seguí caminando y entré al establecimiento, me dirigí inmediatamente al baño y terminé topándome con una enorme caja llena de libros, estaban en una zona sólo para empleados, pero mis urgencias de ir al baño dejaron de ser tan urgentes ante mi curiosidad por descubrir qué misterios podía descubrir dentro de la caja.

Pero no había nada de valor, y tuve que abrir la puerta del baño algo decepcionado. Usé el urinario más alto, y miré a mi lado, y pude visualizar al niño que una vez fui, orinando junto a mí, y sentí admiración por todos los niños que roban libros. 

Pensé en ese momento en mi altura, mido 1.75, no soy tan alto pero me veo muy grande por mi melena y mis fuertes músculos; entonces pensé que las mujeres siempre dicen que prefieren los hombres altos, pero al mismo tiempo las mujeres siempre dicen tener una preferencia y terminar respondiendo a cosas absolutamente diferentes a las que ellas dicen preferir. He escuchado hasta el cansancio mujeres que salen con un hombre porque es atractivo según sus estándares, pero pierden todo el interes cuando el tipo empieza a actuar inseguro y débil. Ninguna mujer puede sentirse plena y protegida al lado de un hombre inseguro, y esa es la maldición de las mujeres controladoras. Qué sólo un hombre que no vale la pena puede ser controlado.

También hay mujeres inseguras -es raro encontrar a una que no lo sea, pero algunas se pasan de inseguras- que se sienten intimidadas ante la seguridad de un hombre, y esto es, porque sienten que no lo merecen, y se distancian porque prefieren ahorrarse el tiempo, y renunciar de una vez a algo en donde van a fracasar. Uno no puede cambiar a una mujer así, pero como hombres tenemos la tendencia a ilusionarnos con los ojos; y cuando vemos a una mujer muy atractiva e insegura, créemos que una persona que ha sido toda su vida de una forma, puede cambiar sólo porque nos ha conocido a nosotros. Existen por supuesto casos en donde la mujer insegura siente que confía por primera vez en un hombre, si el hombre hace las cosas bien; pero cuando el hombre hace las cosas bien y ella se aleja porque siente que no lo merece o se intimida al conocer a alguien tan seguro de sí, fuerte y admirable; en ese caso, no puedes hacer otra cosa que dejarla ir, ella te está haciendo un favor.

Y nuevamente se me ha acabado la tinta, y no he hablado ni de un pedacito de todo lo que pasó en el día; pero ya saben, vivirlo es fácil, el desafío es escribirlo, y ya he escrito suficiente para una sola entrada.

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