sábado, 18 de mayo de 2019

En los márgenes de mi poema

Nuestros caminos se separaron,
pero no temas,
este poema no es para decir
que te odio.
Y no te espantes,
tampoco es para decirte que me arrepiento.

Te pienso y te recuerdo
no sin pensar y recordar
al mismo tiempo
a otras mujeres
que al igual que tú
perdí.

Creo en la libertad
aunque no crea en los sentimientos,
la pasamos tan bien,
nuestra historia es una historia
que pudo haber sido mucho
pero al final dejó de ser
y dejó se ser tan pronto.

Diría que se te atravesaron otras historias más fuertes
encima de la mía
pero yo sé que ya
estabas rota
antes de empezar a escribirnos
lo sé,
pude verlo,
porque yo he estado tanto tiempo roto
que sé darme cuenta
cuando un corazón me ama
con la violencia
de intentar
de sobrevivir
de juntar
con la humedad entre tus piernas
los pedazos rotos con los que sientes.

La historia que me contaste,
la historia sobre quién eres
de la mujer noble
libre y fascinante
solitaria y autosuficiente
era tan bonita
pero yo no la creí nada
he estado en tantos infiernos
mis ojos han visto tanto sufrimiento
que pude ver entre líneas
y las anotaciones en los
márgenes.

Eres hermosa,
noble,
egoísta.

No debimos pasar
pasarnos
pero el deseo fue demasiado fuerte
para no juntarnos
a pesar de que predicamos
cada uno
en el bando de todo lo que odiamos.

Fuimos enemigos intimos,
por eso nos desnudamos.
Nunca fuimos amigos
por eso

nos alejamos.

No pude conquistarte,
no pudiste admirarme,
o tal vez sí,
pero ambos nos dimos cuenta
de que no éramos tinta
para la misma página.

Adiós, cariño,
te veré sufrir,
te veré gozar
pero sólo en mi corazón:
porque no te veré de nuevo.

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