jueves, 7 de junio de 2018

Pero llegó ella

Contigo
di tanto, sabes
tanto
más de lo que nunca dí.

Y ni siquiera sé por qué lo dí
tú simplemente recibiste
no, no es cierto,
no recibiste:
evitaste rechazarme

¿acaso era que me dabas menos que nadie
y yo lo veía como un reto,
como algo que debía ganarme?

No lo sé,
pero dí tanto
¿sabes?
¿Por qué dí tanto?
¿Será por qué esperaba algo?
¿Que cambiaras?
¿Que como no habías amado a nadie
a mí me dieras el amor infinito?

Dí tanto,
y creo que al darte
lo que realmente hacía
es inventarte.

Te soñaba tanto
que a veces creo
que no me enamoré de ti
sino del intento
del esfuerzo
de estas ganas de dar
dar tanto
que me arrancaban de mi existencia.

Eras perfecta, es decir, inexistente.

No estabas, eras ausencia y presencia a cuenta gotas.
No puedo decir que eras cruel,
que me usaste,
que me engañaste.

Simplemente no fuiste,
no diste
pero a la vez
no me negaste
eras un blanco lienzo
y me enamoré de eso
de mi fiesta que es pintarte.

Ah, pero llegó ella, sabes
con poemas
con cartas de amor
con entrega
y descubrí que no había nada mal conmigo
y mucho menos contigo
es que una cosa es enamorarse
del deseo
de las ganas de soñar
de las ganas de evadir la realidad
de uno mismo

porque no te amaba a ti,
amaba a la mujer que esperaba que fueras
esa egoísta extensión de mí
ese ser imaginario que nacía en mis deseos
y sólo para ellos vivía.

No me defenderé
no me justificaré
fui un egoísta
es fácil el deseo
querer poseerlo
porque lo que llamamos amor es eso
un deseo imposible de saciar

pero llegó ella
y descubrí el verdadero reto
el verdadero desafío
la verdadera vida
que es tener
la sensibilidad
de dejarse amar.

Porque dar es fácil,
darle a alguien que no está lo es más,
es imaginación pura
total fantasía
es estar solo
y usar al otro
como excusa
para prolongar
escapar
distraer

Pero llegó ella, sabes,
y está aquí
y es ahora
cuando dejo de escapar
cuando aprendo a sentir
cuando aprendo
a vivir sin ti.

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