domingo, 3 de enero de 2016

A mis amigos.

                                         Con mucho cariño, a mis amigos que me retan a leer más para este 2016.


Pero es que pareciera que pensaran que consumiendo más libros de un alto nivel intelectual (o quizá ni siquiera eso) se crearía un mejor mundo. Pero me parece que ningún conocimiento de ningún tipo puede hacer el cambio. Si simplemente cedemos la responsabilidad de un cambio a los escritores, o a los libros, entonces no hay mayor diferencia que hacerlo a una iglesia, institución, presidente, etc. Los libros tienen algo: pueden dormir a los lectores, ser un escape para la realidad o pueden hacer despertar, servir de espejo. Pero por sí mismo no hacen nada, me he dado cuenta luego de leer tanto, que de nada sirve leer mucho si vas a ser un ser humano de segunda mano, repitiendo las ideas de éste o de aquél, dependiendo de lo mucho que te gustan sus ideas. No creo que promover la cultura de lectura le ayude a nadie más que a las editoriales y a ciertos autores que tienen miedo a no ser leídos, o a tener que dedicarse otra cosa por no tener quién los lea. Lo único que puede promoverse, o ni siquiera promoverse, ni siquiera invitarse, deberíamos decir que lo único que podemos hacer es ser un espejo donde las personas puedan darse cuenta que la forma en la que leen puede hacer grandes cambios, puede enriquecer la vida. Pero no se trata de leer más, ni de consumir más; se trata de que el mundo bello de la imaginación que se desarrolla con los libros, en vez de ser un refugio del mundo, salga al mundo, y lo enriquezca.

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