jueves, 8 de octubre de 2015

Parece que Ingrid se fue, y no para volver.

No entiendo por qué se fue de repente y sin motivo, me gusta pensar que se fue sin razón alguna, que un día sólo se levantó y dejó de sentir algo por mí, y por eso se fue y listo. Pero lo triste es que esas cosas casi nunca pasan fuera de la literatura, también pensé que pudo conseguirse alguien más, es una solución más razonable aunque más triste, porque sería demasiado corriente, demasiado común. Odio que mis amores se mueran como los de todo el mundo luego de haberlos vivido de forma tan insólita. Pero tampoco creo que sea por otro, si pudiese estar con alguien más también podría estar conmigo, vamos, no es necesario ser arrogante para saber que estar conmigo es por lo menos más interesante que estar con la gente que uno conoce en el día a día, y no lo digo con orgullo, para llegar a ese punto se necesita estar bien loco y haber sufrido demasiado, la gente normal no es interesante principalmente por dos razones: tienen miedo a sufrir  o demasiado miedo para vencer al sufrimiento. Pero, supongamos que sí, que Ingrid Carolina se fue por otro, ¿no sería triste acabar con todo sólo por someterse al yugo de alguien? No puedo evitar preguntarme por qué se fue mientras pienso en la primera vez que hicimos el amor, ella es una mujer realmente hermosa, no de las que se fijan en la poesía -perdóname la sinceridad si eres una de mis amantes y lectoras, pero sabes de sobra cómo soy, luego si quieres te doy sexo de compensación- sino de las que son realmente hermosas e irresistibles, de las que te hacen odiar el mundo por no estar dentro de ellas sintiendo tu sexo dentro del suyo, bueno, ahora yo odio el mundo por haberme dado tanta suerte sólo para quitarmela. Pero bueno, vamos, peor sería poder tener sexo con ella pero no poder leer o escribir, aunque no puedo negar que realmente la quise, y la sigo soñando regresar sabiendo perfectamente que no ocurrirá, de todas formas ¿qué es lo que ha hecho mi alma tan triste y hermosa sino creer en lo imposible, no esperando que suceda sino por la belleza misma de creerlo y sentirme pleno al hacerlo? Oh, santos cielos, esa mujer era hermosa, no estoy seguro que haya podido tener orgasmos conmigo, creo que no, pero yo lo único que quería al acabar era hacerlo de nuevo. Eso es muy raro en mí, al terminar sólo quiero leer o hablar para mí mientras que la otra persona me escucha, sin embargo, es como si la otra persona no existiera. Pero con ella quería hacérselo de nuevo y de nuevo y más y más. A ella le encantaban mis gritos de orgasmos y mi forma de expresarme, bueno, es lo que les gusta a todas, la verdad. Recuerdo que le gustaba huir, ser perseguida por todos lados, maldición, eso era muy raro pero me gustaba, lo único malo es que a ella parecía gustarle eso más que el sexo, no entiendo por qué, luego de la segunda vez que se soltaba a correr me aburría y de qué manera. Seguramente tendría algún, problemas, todos los tenemos. No sé cuando los hombres dejaremos de preguntarnos por qué las mujeres nos hacen lo que nos hacen, debido a que en el fondo jamás lo hacen por nosotros, nosotros somos sencillamente el objeto al que dirigen su rabia, pero ellas se habían roto antes por muchas cosas. No somos tan importantes, aunque ellas tal vez no lo sepan. Pero piensen, ser mujer es como ser un hombre amedrentado desde que naces, es natural que terminen siendo o narcisas o locas o frustradas o lo que sea, porque la sociedad las condiciona de esa forma desde el núcleo familiar. Ingrid, recuerdo cuando me contaba cosas de su vida, de su madre, la historia de como falleció, oh, maldición, Ingrid, deberías estar aquí, y yo no debería estar escribiendo esto mientras lloro.

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