martes, 26 de febrero de 2019

Tú no eliges

Hay una fibra de tu ser
que sólo enciendo yo.

Las hojas de los árboles
no eligen
arder bajo la luz del sol
o bailar con la música del viento
de la misma forma que tú no eliges
pertenecerme a mí.

Tú no eliges,
que otros hombres
hagan tanto por ti
mucho más de lo que jamás haré yo
pero sin embargo
pertenecerme a mí
te estremece más
que recibir amor.

Tú no eliges,
que ser amada
no te haga tan feliz
como te hace
reconocer que tu dueño soy yo.

Tú no eliges,
saber que jamás
podrías
estar en una relación
con un hombre
que no se comprometa
a serte fiel
y sin embargo
toda tu piel
se eriza
ante la voz
de ese hombre rodeado de mujeres
que soy yo.

Tú no eliges,
ese instinto
que te hace competir
en esa guerra pérdida
que es la conquista de mi corazón.

Ah, pero qué colosales batallas pírricas
se ganan en la cama
o en la cocina
o en donde sea
estando desnudos los dos.

Tú no eliges,
sin duda no eliges
sentir esa montaña de emociones
cuando ves al teléfono
y resulta que soy yo
o esa rabia
esa impotencia
cuando te llegan mensajes y mensajes
y ninguno es
del hombre
al que todo tu ser
con ansiedad espera.

El amor no se elige,
te elige.
Dice aquel capítulo
de aquella gran novela
que nos describe tan bien
en especial cuando hay un Oliveira
en cada uno de mis dedos
buscando a una Maga
en tus deliciosas e infinitas nalgas.

Me basta con meter mi mano en tu pantaleta para saber que con vos me voy a empapar el alma.

Ponte de rodillas,
abre la boca,
sí,
no tiene que ver con lamerlo,
no tiene que ver con tragarlo,
dime que lo sientes en tu garganta
que eres mi perra y que no te lo explicas
ahora.

Hay un basural
en donde se acumulan
todos tus ideales
de lo que un hombre perfecto
debe ser para ti
y se acumulan en ese basural
porque nada de eso vale
porque a la basura
es a donde todo eso pertenece
cuando tú estás junto a mí
o cuando estás pensándome
y preguntándote
si tal vez yo juntaría
al regresar
de mi paseo
la misma florecita.

Tú no eliges
que ser dominada
sometida por mí
más de lo que jamás
lograron controlarte tus padres
te haga sentir
te haga estallar
con una intensidad incomparable
que mataría de envidia
hasta a los seres más enamorados
que han habitado por la tierra.

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