domingo, 11 de enero de 2015

27 segunda navidad sin la Chama

Fue mi segunda navidad sin la Chama, ya estoy harto de que no nos veamos. Hace cuatro meses que no nos vemos, está más paranoica que nunca. Esta navidad mis primas hicieron una fiesta, aprovechamos que nos reconciliamos luego de un año sin hablarnos por en incidente de mi escapada a donde la malandra. La fiesta estuvo muy bien, baile con una hermosa chica que tenía ojos de gato. Una prima de nosotros es un poco loca, y cuando digo un poco quiero decir que totalmente. Se llama Girasol, es brillante pero no sabe socializar con nadie. La saqué a bailar y no acepté un no por respuesta, debían verla, se divirtió tanto gracias a mí. Cuando estaba terminado la fuesta un chico medio amanerado se hizo protagonista y empezó a bailar como mujer, hablar como gay y a decir chistes racistas sobre su amigo el doble de snop dog. Fui bien padre.

Al día siguiente todos nos levantamos tarde, en la casa de mis primas no había ni pasta dental, ni comida, ni papel higiénico. Que viva la patria de Chavez y Fidel, pensé. Andábamos muertos de hambre hasta que alguien recordó que una vecina nos había invitado (nos incluimos en la invitación por más hambre que ganas) a comer sancocho. Fuimos y a todos nos daba pena pedirle la comida, la señora escuchaba salsa y junto a mí conversó dos horas de La historia de la salsa. Gracias a que he ido a clases de Salsa Casino con la Chama para aprender a bailar salsa  (me muero de celos cuando baila con otro, y con la experiencia de la Malandra, no me quedaron más ganas de quedarme sentado mientras mi chica baila con otro) pude bailar durante unas cuatro horas con aquella viejita salsera a la que no le quedaban dientes pero fumaba como puta presa (fumaba habanos). Así nos ofrecieron ese Sábado veinticinco de diciembre TODO EL SANCOCHO QUE PODÍAMOS COMER. Y llevamos a casa. El siguiente día, mis primas y yo salimos a Las Américas, un centro comercial, a falta de dinero nos dio por conversar y pasarla bien. Nunca habíamos compartido con Girasol como aquel fin de semana. A veces la veo por ahí y se hace la que no me conoce.

Cuando volví a mi pueblo, estaba la Frentona, la vi por accidente junto a su prima y dos chicos. Iba a ignorarla por timidez, pero me saludó. Fue muy amable, como si no hubiese pasado nada entre nosotros  (lágrimas, llantos, súplicas). Me preguntó que cuando podía verme y dije que me avisara (aún seguía muy molesto con la Chama). Esa misma noche nos vimos, su prima andaba con uno de los chicos que andaban con ella más temprano, era su novio, o ella era la amante de él, algo así. La pasamos muy bien y nos volvimos a ver al día siguiente. Está vez estaba Piernas Bellas, no pude creer cómo podían ser amigas estas tres mujeres. Fuimos a comer helados de nuevo, Piernas Bellas invitó porque no dejaba que nadie que no fuese su novio (el mismo que fue ex de la Frentona) así que nos pagó a todos. Cuando llegamos, la Frentona y yo nos sentamos juntos en la acera, justo a un metro de donde fue aquel primer beso. Ella hablaba, yo miraba lo hermosa que estaba la luna y jugaba a arrancar la grama (lo hago cuando estoy nervioso), no sé porqué pero le pedí que me diera un beso y me lo dio. Fue hermoso, no tenía descripción lo que sentí.

A la siguiente semana ella se fue a su pueblo, pero volvió, he hicimos el amor. Ese reencuentro lo detallaré en otra carta, no me gustó mucho. La siguiente semana salimos juntos Pernas Bellas, La Frentona, su prima y yo. Piernas Bellas ahora si aceptaba que le invitaran a salir porque estaba en conflictos con el novio. Al salir con la Frentona  me decepcioné de su forma de ser, no sé si yo he cambiado demasiado, o si definitivamente ser malo en la cama hace que se noten más tu defectos. Pero le dije que no quería nada más con ella, la miré a los ojos y le dije que estaba decepcionado. Creo que la lastimé mucho, no fue mi intención. Esa misma noche compramos una botella de Glacial y la bebimos de pico, nos emborrachamos, los cuatro íbamos caminando por la calle tomados de la mano. Todos estabamos pensando en alguien: Piernas Bellas en su novio, La prima de la Frentona en el suyo (hermano de el novio de Piernas Bellas) La Frentona en un novio que tuvo en su pueblo y lo mataron "Era un inocente narcotraficante, un hijo de Dios" decía entre lágrimas, y yo pensaba en la Chama y quería empezar clases para verla y decirle cuánto la extrañé.
Antes le había contado a la Chama todos mis percances con chicas, fueron sólo dos: un beso que le di por accidente en los labios a una amiga, hasta estaba su novio ahí, me sentí muy apenado, y además, ella tenía mal aliento. Y segundo, una chica llamada Susy, famosa por ser bien sensual y fácil de llevar a la cama, me agarró una nalga. Ambas cosas de las había confesado a la Chama, pero esta aventura no pensaba decírsela.

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