domingo, 11 de enero de 2015

32 Mi empresa

He creado mi propia empresa. Para que alguien se enamoré de ti esta bien ser poeta, pero ésto tiene sus inconvenientes: Para gustarle a las chicas muchas veces tienes que escribir algo que no sientes o ni siquiera piensas; además, luego del sexo te puedes enamorar, pero al final se irán con el que tenga la plata. Si uno quiere ser poeta tiene que ser lejos de Venezuela, donde cada día hay más hambre, menos plata y el amor se parece mucho a un contrato de prostitución. Sé que ésto puede sonar radical, pero vivir en Venezuela y no encajar en la cultura me permite analizar ciertos detalles:

En promedio:

*Siete de cada diez mujeres trabajadoras que conozco, desearían conseguir un marido para no tener que trabajar.

*Algunas mujeres empresarias aseguran que es por mediocridad. Y no descartan que sea por ideología política: "Los Chavistas sólo quieren que los mantengan, esa es su mentalidad y por eso el país no surge". En este país tan infeliz, Dios y el demonio están tan lejos que nuestro odio, amor y fe, están esparcidos por completo en la política.

*Los sociólogos e historiadores piensan que es cultura del tercer mundo que la mujer no trabaje, pero recomiendan que lo haga pues le proporciona independencia y a la vez promueve el desarrollo e igualdad de derechos.

*El gobierno dice que hay que ofrecer becas a las mujeres por cada hijo que tengan, y además darle dos años de reposo desde que nace el bebé donde la empresa está obligada a pagar su sueldo. Los empresarios dicen que es una locura, que promueve la vida parasitaria y el subdesarrollo. Y, como la reglade oro es que: quien tiene el oro hace la regla. Se llegan a acuerdos con los trabajadores que solicitan empleo: de que ciertas leyes no se seguirán al pie de la letra. Acto que a muchos trabajadores les parece bien, considerando que muchas veces el pobre sigue siendo pobre porque no quiere justicia sino plata.

* Ninguno de los que analiza la situación de los trabajadores trabaja la mitad de duro, de lo que ellos lo hacen, empezando por el gobierno.

El hecho es que si quieres mujeres necesitas plata, mi empresa esta empezando e invierto mi dinero sabiamente: lo desperdicio.

Cada vez le puedo dar más regalos a la Chama, y eso es estupendo; pero sin quererlo, mi ventaja económica sobre ella, hace que la relación (inevitablemente) se vuelva dependiente de mí, y es muy aburrido. Tener una empresa, sea del tamaño que sea, es un trabajo muy duro y tedioso. Se trata de paciencia y disciplina, es decir, un infierno o penitencia.

A veces no sé si la Chama me sigue queriendo o sólo ya no sabe como vivir sin mí. A me hace muy feliz ayudarla, llevarla a donde sea, y comprarle regalos. Si tuviera que elegir un infierno (matrimonio, hijos, etc) sería ella. Lo que no me gusta es tener que respirar.


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