Ya teníamos días conociéndonos sexualmente. Ella decía que no quería hacer sexo oral, pero un día, pasando mi pene entre sus bellos y enormes senos, se acercó a su boca y ella sin pensarlo lo comió. Fue como hacer realidad un sueño. Tanto tiempo imaginando como se sentía, y por fin pasaba. Su cuerpo es perfecto, un largo cabello negro, unos grandes senos, un rostro de ángel. Lo hicimos por primera vez hoy. Nos cuidamos, nos veíamos a los ojos, nos amabamos. Fui tan dulce que no sangró. Sólo recuerdo ver sus ojitos cerrados llenándome de magia. De vez en cuando los abría como para decirme que me había elegido para ser el primero porque lo merecía. Fue hermoso, no eyaculé pero no importó, es el día más feliz de mi vida. No se sale de mi cabeza el sudor que llenó mi abdomen durante toda la consagración de amor.
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