Alba Trillo, Barcelona.
Sabía mucho de arte, me corregía mucho. Era del tipo de escritor que te contagiaba ganas de escribir, hicimos el amor varías veces pero por lo general a mi me gustan las chicas. Era divertido, a pesar de que no sonreía mucho. El decía que sabía sonreír sin mover la boca. No duramos mucho, lo conocí en Tenerife, era la sensación, su prima era escritora pero no escribía tan bien, aunque lo integró al mundo intelectual y todos se encantaron con él. Luego se vino conmigo y una chica que me rompió el corazón. Cuando andaba llorando él me decía que escribiera, y así pasaron mis penas y ahora soy artista y a muchas personas les gusta lo que hago. Le debo mucho. Fue un gran tío.
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