Piernas Bellas y su amiga la modelo vinieron a que les de clases de química y física. Todos mis amigos dicen que debo estudiar ingeniería pero mi pasión es la literatura.
Hace tres días que no hay agua que viva la revolución. Les di clases y entendieron, son un poco brutas pero bellas, y eso es suficiente. Piernas Bellas le dijo a la Modelo que yo cobro por las clases, es mentira, usamos el dinero para comprar hot dogs. Piernas Bellas ama los hot dogs.
Cuando llegamos nos acostamos y le iba a hacer el amor. Pero apestabamos. Desde entonces Piernas Bellas me tiene miedo. Sabe que no puede separarse de mí pero que inevitablemente terminaré acostándome con ella y alejándola para siempre.
Otras dos chicas vinieron a mi clase, una sé que odia a la Chama, y me hice su amigo mientras la Chama andaba de novio con otro.
Cuando yo cumplí años me hicieron una fiesta en la piscina con todos los compañeros de clases. Me quité la camisa y le pedí a la Chama que me hunte bronceador. Su novio (pretendiente) se enojó y se alejó. Dentro de la piscina le pedí a la Chama que me diera un abrazo, duramos tal vez una hora, un día, un siglo y un ratito. Luego de soltarnos sabía que eramos novios de nuevo. Metí mi mano en un traje de baño y disimuladamente la hice acabar. El maldito que la pretendía no vio, pero luego la Chama hizo lo mismo conmigo y me aseguré que la se diera cuenta.
Luego de que la Chama y yo nos reconciliamos, salí a una fiesta, me invitaron la Odalizca y la Pintora. Estaba el pretendiente de la Chama pero no ella. Yo bailé con todas las chicas, sé que el pretendiente no baila. No sabe, así que debe conformarse con hablar . No es un tipo intelectual, sólo un parlanchin. Veía con qué chica hablaba, primero intentó con la Odalizca, luego la saqué a bailar y bailamos la mitad de la noche. La besé, nadie nos vio, lo hice sólo para que regresara con el Pretendiente, llena de mí. Ella se confundió, le dije que lo sentía, que nuestro amistad seguía igual. Sólo la use.
La segunda chica a la que el Pretendiente echo ojo fue a la hermana de la Odalizca, la Pintora. Ella no baila, nada, es tremendamente mala. Pero como tenemos una buena amistad la convencí de bailar conmigo una sola canción. El Pretendiente no podía creerlo, sabía que algo me tramaba y estaba enfurecido.
Cuando ya era bien de noche, una de mis alumnas de química estaba: aquella que la Chama odia, fuimos a la casa de su amiga, ella iba a cambiarse porque un tarado le manchó el vestido, se fue a dar una ducha, y la alumna y yo hicimos el amor. Cuando regresó se dio cuenta y prometió no decir nada. Le dije que por favor no le dijera a nadie, aceptó.
Como esperaba, la Chama supo casi inmediatamente, me buscó, se puso a llorar, lanzó una taza contra mí saco un cuchillo y me lo puso en la garganta.
-mirándola a los ojos le dije que buscara uno con más filo, ese es de cocina. Y que me cortara el pene primero antes de el cuello, sino puede estar muy flácido.
-Me quitó el cuchillo y lloró, imploró una explicación. Por qué justo con la que ella odiaba, tantas mujeres en el mundo.
La besé y sus lágrimas caían en mis labios, la desnudé y estaba penetrándola mientras no dejaba de llorar y decir que era una estúpida por hacer eso, que no se valoraba, que todo el mundo tiene razón, ella no tiene autoestima. Mi pene se debilitó, era demasiado para mí, pero ella me sostuvo los brazos y me dijo que se lo hiciera, justo cuando me disponía a abortar mi venganza. Me dijo que era su dios y que disfrutara porque iba a ser la última vez, y que se imaginara a los otros haciéndole eso. Se lo hice como nunca, sus nalgas se deformaban con la furia. Eramos el demonio y Dios en la batalla final, y al final no quedó roca sobre roca.
Ella se fue, llamé a Piernas Bellas, se dio cuenta de como toda la historia tenía una aterradora conexión, y supo que el hecho de ella estar conciente de lo que pasaba ya la hacía parte de mi juego, del mundo donde yo soy Dios. He hicimos el amor esa noche, ella sabía que no podía alejarse de mí y que debía pasar tarde o temprano. Despertó a mitad de la noche gritando entre llantos: ¡Fuiste tú quien hizo que a la chica esa le dañaran el vestido, y sabías que iba a terminar aquí contigo luego de todo!
Permaneció en silencio un rato, puso su mano en mi pecho. Hicimos el amor.
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